Capítulo 13

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NIEVE CÁLIDA

El piano resonaba triste en la sala de música, Izuku estaba perdido en pensamientos desde la tarde del sábado, y lo suficiente como para no percatarse que tanto Eri, como Hado y Togata senpai, le miraban con notoria confusión y tristeza contagiada en cada nota que el pecoso tocaba, pero quizás, quien más notaba los ánimos bajos del peliverde, era el mismo maestro, quien, a una distancia, que él consideraba prudente, observaba como Izuku con una mueca triste.

¿Qué pasaba con el animado chico?

— Midoriya san — Le llamó el rubio con una mano en su hombro

Izuku dio un salto en su sitio regresando de su ensimismamiento.

— ¡Ah! Togata senpai, ¿Sucede algo? — Con claro nerviosismo y una sonrisa que claramente era falsa, Izuku ladeó la cabeza sin haber notado aun, que la hora de haber terminado había pasado hace ya algo de tiempo.

— Ya terminamos — Contestó con una sonrisa

Izuku giró su rostro a todas direcciones hasta topar con Eri, quien esperaba junto a Hado ya vestida con sus ropas normales, y con la maleta donde ya había guardado todo lo necesario.

¿Cuánto tiempo había estado perdido en sus pensamientos?

— ¿Cuándo fue que... — Ni siquiera pudo terminar la pregunta, era claro que hace bastante ya.

— Lo siento Midoriya, tratamos de pararte, pero parece que algo te molesta — Menciona la chica de tercero a la vez que se acerca con clara curiosidad — ¿Esta todo bien? — Sin dar pausa para que responda, coloca su mano en la frente del chico, quien se sonroja por el inesperado toque de la chica — No pareces estar resfriado, aunque hubiera jurado lo contrario, ¡Parecías un zombie!

Izuku rápidamente se mueve hacia atrás deshaciéndose del toque de la chica y levantándose del banco en un hábil movimiento.

— E-estoy bien — Comenta agitando las manos de arriba a abajo — Es solo que quizás estoy algo preocupado por los exámenes — mintió — son la próxima semana y no sé cómo me vaya a ir

Los mayores suspiraron aliviados, habían estado haciéndose ideas raras y pesimistas en su cabeza esperando lo peor, pero ciertamente, aquello que el pecoso había dicho, tenía sentido. La UA se diferenciaba por ser una de las mejores escuelas, tendría sentido que los estudiantes de la misma, estuviesen preocupados por las evaluaciones parciales.

— Ya veo... — Comenta la chica — ¿Te parecería bien si dejamos esto por esta semana y la próxima?

— ¿eh?

— De esta forma, podrías estudiar lo que resta de esta semana, y la siguiente, podrías tomar las evaluaciones sin problemas

— Concuerdo con Hado — Se unió el rubio — No sé cómo sean las evaluaciones de los chicos de estudios generales, pero quizás estamos abusando bastante y minimizando tus prioridades. Te agradecemos que nos ayudes con Eri, pero es bueno que también le des la debida importancia a estos temas.

Rayos. ¿Ahora como les diría que no?

En realidad, Izuku no era un mal estudiante. Él era brillante, el mejor en su salón y con facilidad para las materias una vez que tomaba el hilo de cada una, así que ahora, en su segunda evaluación, podría decir fácilmente que no tenía problemas en seguir ayudándoles.

— No hay problema... — Mencionó con vergüenza y sobando su brazo izquierdo en gesto de incomodidad de los problemas de la mentira dicha.

— No digas tonterías — Hado levantó a Eri en brazos — Tus preocupaciones también importan, Midoriya.

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