¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Casey
Phillip no había vuelto al hospital desde hace cinco días.
¿Se asusto de mí? Acaso... ¿Huyo como toda la gente que me rodea?
NO
Phillip sería incapaz de dejarme. Solo tenía que esperar, él volvería.
Él tenía que volver.
Phillip se encargaba de darme mis medicinas porque no confiaba tanto en las enfermeras, pero cuando se fue ese trabajo fue heredado a Hanna.
Todavía recuerdo cuando llego a mi habitación un día después de haberla encontrado follando con Phillip.
Recuerdo que estaba echada leyendo un libro que había metido a escondidas en mi cuarto.
No se molestó en tocar la puerta, entro como si fuera su cuarto, eso me molesto.
Ella no podía entrar así, el único que podía era Phillip.
Cuando volteé mi mirada hacia ella vi que me miraba con odio, intento ocultarlo, pero no era buena en ello.
—Phillip dijo que tenías que tomar estas pastillas, la roja tómala cada ocho horas y la azul cada seis —dijo seriamente.
—¿Dónde está él? —pregunte.
La mención de Phillip hizo que se tensara, definitivamente no le agrado eso.
Tomo aire y no se inmuto en ocultar su enojo —Mira Casey, Phillip y yo estamos comprometidos. No sé qué mierda te habrá dicho mi novio para que pensaras que estaba interesado en una loca mental como tu —me señaló con su dedo— Aléjate de él, no quiero que te le acerques. —remarcó lentamente cada una de sus palabras.
¿Dónde está tu anillo, querida?
—¿Por qué me dices todas esas cosas? —dije asustada— ¡No te he hecho nada!
—¿Qué has hecho? ¿¡Qué mierda has hecho!? —se acercó a mi enojada—¡Aparecer en nuestras malditas vidas, eso es lo que has hecho!
Hanna avanzo a mí y sin dudarlo me dio una cachetada que hizo que callera de rodillas al suelo.
Una fina mancha de sangre broto por mi labio inferior mientras las lágrimas se escurrían por todo mi rostro.
—No lo repetiré otra vez Casey, aléjate de Phillip, él es mío.
Dando un portazo Hanna salió de mi habitación.
Agarre la parte inflamada de mi rostro y me arrastre hacia mi cama mientras me envolví con una manta mientras temblaba.
Luego de un rato me metí en mi cama mostrando mi rostro directamente a la cámara de seguridad que había en mi habitación
Luego de cinco minutos cerré los ojos y fingí dormir