Capítulo 4 ☀

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Amy:

Estaciono el vehículo donde me indica el moreno, me aplico bálsamo labial mientras los demás observan el lugar. Tomo mi celular para ver la hora y luego lo guardo.

—¿Este es el lugar, Pope? —cuestiona JJ mirando a su alrededor.

—Eso creo.

Todos nos bajamos del auto para caminar hasta el portón, la mansión es muy linda por fuera, se ve que tienen mucho dinero.

—Hablemos de seguridad —el rubio mira la reja—. ¿Son para que nadie entre?

—Peor, para que nadie salga —ladeo la cabeza—. Ahí estaban los esclavos.

Pope toca la puerta del lugar varias veces hasta que es abierta, un hombre rubio nos recibe. Su mirada me da mala espina. Mi novio afianza su agarre en mi mano.

—Debes ser Pope —lo señala—. La señorita Limbrey te esperaba ayer.

—Nos quedamos sin gasolina en medio de la nada —hablo con firmeza—. Por eso no pudimos llegar.

—Lo sentimos por eso —agrega JJ.

—Se molestó cuando no apareciste.

—Intentamos llamar, pero no hay número en la invitación —rebate Kie—. Vinimos en cuanto pudimos.

—También esperaba que vinieras solo.

—Sí, claro —ironizo—. Seguir las instrucciones de una carta de un completo desconocido, no iba a dejar que mi amigo viniera solo.

—Me ayudaron a encontrar el Merchant —asegura Pope.

—Las instrucciones eran claras. Esperarán afuera —sentencia el sujeto, ya me cae mal.

—Somos como un paquete...

—JJ —lo regaña el moreno—. Esta bien.

—Pope estará bien —sonrío falsamente en dirección al desconocidos—. No nos moveremos de aquí.

El moreno asiente antes de susurrarle algo en el oído a Kiara, vemos como se pierde dentro de la casa. Volvemos al auto, la morena se sube en el lugar del piloto y yo voy atrás con JJ.

—No entiendo porque alguien compraría un lugar donde mantenían a los esclavos.

—La humanidad ya no debería sorprenderte, Kiara —suelto un suspiro—. La gente que tiene dinero suele hacer lo que quiere sin importar nada.

—Pero hay ricos diferentes —murmura JJ mirándome—. Tu eres diferente.

Sonrío como boba antes de dejar un breve beso en sus labios, su sonrisa me enamora cada día más. Sus dedos se sienten ásperos mientras acaricia mi mejilla, pero ya me he acostumbrado a su tacto.

Nuestro momento se ve interrumpido por un carraspeo de la morena, señala la ventana y vemos a Pope salir junto a una mujer rubia en muletas y el sujeto que nos recibió en la entrada.

—¿Les parece voluntario? —pregunta Kiara.

—Esta incómodo, desconfiando —susurro analizando la escena—. Y ese sujeto me da mala espina.

—Debemos...

Me bajo para abrir la puerta del piloto, le cambio de asiento a Kiara para seguir a Pope.

—Iremos por el otro lado —interrumpo a la morena, arranco el auto—. Kiara busca abajo de tu asiento una clase de puerta, la abres y me entregas el arma.

—No puedes dispararles —me recuerda.

—Pero si asustarlos en caso de que sea necesario, y en la peor situación defendernos.

ꜱᴏᴍᴇᴛɪᴍᴇꜱ | ᴊᴊ ᴍᴀʏʙᴀɴᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora