Capítulo 16. Muralla interior

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  A penas quedaba tiempo de partido, y desgraciadamente, ella tenía la pelota. Odiaba el baloncesto, pero estaba lo suficientemente determinada como para hacerlo todo a un lado y correr con el balón. Iba a ser un one to one al parecer con la albina, pero necesitaba esos malditos puntos. Su hermano estaba viendola y no quería decepcionarle.

Esta vez no podían poner la excusa de que perdieron por distraerse con ''los pechos grandes el equipo rival'' que usó Kayano el año anterior.

Se acercó haciendo un juego de piés para lograr pasarla, corriendo junto a ella que intentaba robarle el balón.

Pero ya tenía pensado qué hacer.

Le pasó el balón a alguien más que estaba descubierto y huyó de la albina.

Quien fuera la chica a la que se lo pasó, lanzó, y (t/n) vio en cámara lenta cómo la pelota, que debería entrar en el aro, rebotaba y en un parpadeo estaba a punto de golpearla. Esquivó dando un giro hacia un lado por el susto, para luego recordar que debía coger la pelota y correr tras esta.

Sería su tiro, entonces.

Saltó y lanzó, rezando porque entrara y no diera contra nadie.

Tres segundos... dos... uno... fin de partido.

Y... empate.

Al menos consiguieron dos puntos para empatar.

Bufó y se fue a las duchas con sus compañeras para quitarse algo del sudor. Sonrió amablemente y celebró con ellas, sin estar realmente feliz por conseguir ese empate.

Ni Alice ni ella eran expertas en ese deporte del demonio, y tenían el mismo número excaso de chicas en el club de baloncesto.

Y aquel era el quinto empate de la semana, contando con las pruebas que hacían en algunas clases.

Dejó que el agua cayera sobre su cuerpo desnudo mientras hacía una recapitulación de las últimas semanas.

Alice había aparecido como la reina del lugar y se había ganado una buena popularidad rápidamente. Además, llevaban compitiendo durante las semanas que llevaba con una tensión entre ellas que al parecer la mitad de la escuela confundía con tensión sexual.

Pero todo eso, o al menos todo menos lo último, ya estaba dentro de lo previsto. Competir por gobernar el lugar no sería fácil, sobretodo porque ninguna de las dos estaba en el consejo estudiantil, pero también movían ficha por allí. O al menos, Alice lo intentaba.

Ella se mantenía con su amistad con el chico y su relación estable y hermosa con el pelirrojo, mientras Alice coqueteaba indiscriminadamente con todo lo que se moviera, salvo con Karma, y especialmente con Asano.

Oh, sí, y Alice cayó en la clase B.

Lo cierto es que le sorprendía que la directora no la pusiera directamente en la A, aunque sí la obligó a ser ella la que le diera el tour por el lugar.

La directora estaba encantada con ambas, lo cual era otra competencia por ser la preferida.

Gobernar una escuela incluía tener influencia en altos cargos.

Y mientras ella peleaba por su lado, Karma y Asano competían también de manera sana y se distraían los tres juntos.
 
Unas clases que llevaba bien, ayudas a otros alumnos, ratos libres de diversión y una competición constante contra la albina.

Solo había dos cosas que diferenciaba su vida escolar actual con la de hace unos años: ella había crecido, madurado y mejorado como persona; y ahora tenía un circulo especialmente cercano en la institución.

Juntos (Karmaxlectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora