Capítulo 4. Niimura-senpai.

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Narra (t/n):

Por suerte o por desgracia, los días comenzaron a pasar con rapidez, y la primera semana llena de presentaciones y ejercicios fáciles, charlas con la clase E con sus nuevas instituciones, intentos de asesinato y besos y palabras de amor entre Karma y yo, dejaron paso a la segunda semana de clases.

Tendríamos que votar al presidente del consejo estudiantil de bachiller, el delegado de la clase que ya estaba decidido y comprado, y un ritmo más acelerado de clases. Por suerte, aumentaba gradualmente.

—La cosa es, todos sabemos que Asano será el presidente estudiantil, ¿no? —comentó el pelirrojo, tomando de su batido de fresa —cómo hacía siempre desde hacía años, incluso de pequeño por lo que me dijo una vez— mientras caminábamos por los pasillos a nuestra aula.

—Sí... de hecho, no sería mala idea estar... —me callé al escuchar un sonido sordo contra una pared, le hice una seña a Karma para que se callara y nos acercamos sin hacer ningún ruido, asomándonos.

Tres chicos, de último año por su apariencia, estaban acorralando a otro. Solo lograba vez que tenía el cabello azul, piel muy pálida y logré distinguir un pendiente de tonos violáceos.

—Espero que este año no engañes a nadie, imbécil, o denunciaremos las apuestas.

—Sí, y solo por nuestro silencio, queremos el 10% de lo que ganes.

—Y-ya os dije que iba a dejar las apuestas... —murmuró asustado. Distinguí esa voz sin problemas: el chico que llevaba las apuestas de los partidos y competiciones en secundaria.

—¿Enserio? Pues vas a volver a ellas. —gruñeron, tomándole del cuello de la chaqueta.

—Hey, sería mejor que lo dejarais en paz. —se giraron a ver a mi novio, que se acercaba dónde estaban sin dudar.

—¿Y este...?

—Akabane Karma... —se miraron entre sí y repararon en mí, sonriendo como tiburones.

—Vaya, vaya... los superhéroes de la clase E al rescate de los más débiles. —comenzó uno, soltando al acosado.

—¿Van a denunciarnos en la tele? ¿O le dirán a su supercriatura? —fruncí el ceño al escuchar sus burlas.

—Quizás debáis recibir una buena lección de comportamiento. —Karma se crujió los nudillos, haciendo sonreír más a sus enemigos.

—¿Seguro? En ese caso, querría ver cómo lo haces. —estaba provocando la pelea con mucha confianza, parecían saber que ganarían.

El chico me miró asustado y negó con la cabeza, mientras mi pelirrojo se remangaba con una mirada decidida, haciendo reír a los otros, hasta que cuando fue a dar un paso, parecieron ver algo y disimularon miedo, retrocediendo y haciendo muecas asustadas.

—P-pero Akabane... n-nosotros no hicimos nada... —murmuraron "asustados".

—¿Qué...?

—Vaya, por fin os encuentro. —tanto el pelirrojo como yo nos giramos a ver a nuestra espalda, encontrando una mujer de traje azulado.

Era joven, cabello marrón recogido en un alto y elegante moño, piel pálida y gafas de pasta negras, junto con una sonrisa de falsa amabilidad. No era como la del director o Kisho, simplemente parecía algo irritada, pero no... malvada. Llevaba una chaqueta de traje azul, junto con una falda del mismo color, camisa negra, corbata azul marino, y leotardos negros, acabados en unos tacones oscuros y altos.

Juntos (Karmaxlectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora