Capítulo 2

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Fue despertado bruscamente al escuchar gritos fuera del camarote, Peter le había aventado su espada y le dijo algo que no logro escuchar, y aún medio dormido salió a la popa y logro ver todo el desastre que se había desarrollado.

— ¡Susan!— Gritó viendo hacia el mástil, logró observar como su hermana lanzaba flechas al barco enemigo. — ¡¿Estas bien?!

— ¡Si! ¡Ayuda a Peter y a Lucy!

Tal como dijo su hermana, busco a Lucy primero, sabia que Peter podía defenderse por si mismo, pero Lucy no, ella detestaba la violencia, recorrió gran parte del barco cuando finalmente la halló cerca del timón.

— ¡Lucy!— Gritó mientras se acercaba a ella. — ¿Estas bien?

— Si, lamento preocuparte.

Lucy se encontraba ayudando a uno de los suyos que se encontraba levemente herido, tomo a la menor en brazos y fue con ella hacia los camarotes, dejándola en uno de los rincones.

—No te muevas de aquí— Ordenó Edmund.

— Quiero ayudar Ed— Pidió la menor, sujetando una de las manos de su hermano.

— Si te ocurre algo ahora no podrás ayudar después a los heridos, eres la salvación de esta nave — Le hizo saber para tranquilizarla.

Aquellas palabras funcionaron ya que prometió quedarse ahí, Edmund salió nuevamente y vio el barco enemigo en llamas, seguramente había sido por obra de Susan, ella solía usar unas flechas que en la punta les prendía fuego.

Vio a Peter a lo lejos bastante ocupado con dos sujetos, así que rápidamente corrió hasta él para ayudarlo, desenvainó su espada y junto su espalda con la de Peter para protegerse mutuamente.

— Lo tengo bajo control— Dijo esquivando uno de los golpes.

— Seguro— Respondió sarcástico.

Cuando finalmente lograron liberarse de aquellos dos con algunos rasguños en sus cuellos y rostros, Peter fue hacia el timón y Edmund volvió a verificar si Susan estaba bien, pero no la vio arriba del mástil, comenzó a desesperarse.

— ¡Susan!— Empezó a dar vueltas por el lugar tratando de hallar a su hermana, pero lo único que veía eran cuerpos cubiertos de sangre y su tripulación dando batalla. Decidió subir nuevamente por el mástil y poder ver desde arriba, una vez allí buscó en el barco enemigo que se consumía por el fuego.

— ¡Edmund!—

Pudo ver a su hermana en un rincón en la nave enemiga, estaba atada de manos, seguramente trataron de secuestrarla, no había manera de cruzar hacia el otro lado sin caer al mar, tenía que buscar la forma de llegar. Como si de un milagro se tratara, vio una larga cuerda a un lado suyo, lo que estaba apunto de hacer era una locura, y tal vez no saldría bien.

Tomó una respiración profunda y sujetando con ambas manos fuertemente la cuerda, se lanzó hacia el barco contrario, impulsándose con las piernas dio una vuelta y aterrizó en el suelo del barco, ató rápidamente la cuerda y fue por Susan.

— ¡Acabas de hacer una estupidez!— Alegó Susan sorprendida. — ¡Acaso crees que eres un fénix o algo así!

— Entonces lo que haremos ahora no te va a gustar— Declaró Edmund, ayudando a su hermana a ponerse de pie y correr hacia la cuerda. — Afírmate bien si no quieres caer al agua— Ordenó.

—¿Que?

Y sujetando la cintura de Susan con una de sus manos volvió a tomar impulso para salir de ese lugar consumido por el fuego.

— ¡Edmund la cuerda!— Escuchó gritar a uno de sus camaradas.

Asustados los hermanos Pevensie levantaron su vista y vieron que la cuerda estaba apunto de ser cortada debido al desgaste y al fuego.

𝐼𝑛𝑠𝑒𝑛𝑠𝑎𝑡𝑒𝑧 𝑛𝑎𝑣𝑒𝑔𝑎𝑛𝑡𝑒  [𝐶𝑎𝑠𝑚𝑢𝑛𝑑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora