Capítulo 3

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Edmund había comenzado a tener sueños demasiados extraños, eran tan raros que los sentía reales, pero soñaba particularmente con una farola cubierta de nieve, y una extraña mujer de tez blanca y lanza de hielo. Todas las mañanas despertaba agitado y cubierto en sudor.

—  ¿Otra vez ese sueño? — Cuestiono Peter mientras limpiaba su espada.

—  Más bien una pesadilla ...—  Respondió Edmund saliendo de la cama para comenzar a vestirse.

Ambos hermanos salieron a la cubierta viendo a los demás ya trabajando, comenzaron a ayudar y Peter se encargó junto con otros a dirigir el barco rumbo a las islas, el camino cada vez se hacia mas difícil, debían pasar por grandes olas y las ninfas marinas se hacían cada vez más recurrentes, en uno de los turnos nocturnos de Edmund, había notado algo extraño, al principio no le dio importancia total ya que creía que podía ser producto de su imaginación. Pero podría jurar que había visto un barco que le resultaba familiar.

—  ¡Tierras a la vista! —  Anunció Reepicheep desde el mástil.

Llegaron después de dos horas, dejaron caer el ancla y Peter organizo los grupos que bajarían a inspeccionar, y obviamente los hermanos Pevensie fueron a recorrer el lugar siendo la cabecilla de la exploración.

—  Esten alertas y manténganse juntos— Ordenó Peter.

El lugar parecía estar desierto, había un pequeño pueblo maltratado, Edmund se separo del resto, después de todo el nunca hacia caso de lo que le decían, Peter y Susan siempre lo regañaban por eso.

Se adentro a una de las casas y noto como todo estaba intacto, como si las personas que antes habitaban ese lugar que tuvieron que salir corriendo sin tener tiempo a tomar nada, le pareció sospechoso, en uno de los rincones de la casa vio un extraño polvo color verde brillante, nunca había visto algo parecido.

Sintió como alguien lo tomaba por la espalda y le tapaba la boca, asustado comenzó a mover, pero se dio cuenta de que algo presionaba su estómago, miro hacia abajo y pudo ver una cuchilla.

— Eso es, quédate quieto y no te lastimare— Exclamó el extraño.

Reconoció esa voz, pero no podía recordar de donde.

—  Quien diría que tener al gran rey Edmund entre mis brazos se sentiría tan bien— Susurro en el oído de Edmund, dejando escuchar un tono coqueto.

Rey ... hace mucho tiempo que no escuchaba esas palabras.

—  ¿Dónde está el resto de tus compañeros?— Preguntó. — Te descubriré la boca, pero si gritas no dudare en hacer lo que tengo pensado.

Edmund asintió y cuando le quitaron la mano que cubría su boca, no lo dudo ningún instante antes de moverse rápidamente y golpear el estómago de su enemigo.

—  Imbécil— Le dijo al otro y comenzó a correr tratando de llegar a su tripulación.

—  ¡No dejen que escape!— Gritó desde el suelo, logrando que sus amigos lo hallaran y empezaran a seguir a Edmund.

Esquivando ramas y rocas, Edmund logró llegar hasta uno de los grupos de su barco, quienes estaban preocupados de ver a su capitán agitado inmediatamente preguntaron qué ocurrió, Edmund solo dijo lo necesario sin demasiados detalles.

—  ¿Ellos no son los que están bajo el mando de Caspian X?— Dijo uno de sus amigos.

— ¿Caspian X?

—  Es el navío que nos ataco hace unos días, el capitán del viajero del alba.

—  Así que era ese hijo de puta ...— Masculló Edmund por lo bajo.

— Me han llamado muchísimas veces hijo de puta, pero no de una manera tan linda como la tuya.— Escuchó Edmund.

—  Que alguien vaya por Peter.— Ordenó Ed.

Reepicheep quien era el más rápido, fue en busca del Pevensie mayor, para después guiarlo hacia donde se encontraba el grupo de Edmund.

Edmund miraba fijamente a Caspian con la espada alzada, todo su grupo estaba alerta.

—  ¿Qué están buscando en este lugar? — Pregunto Ed.

— Lo mismo que ustedes tal vez — Respondió burlón Caspian.

Uno de los minotauros de la tripulación de Caspian atacó primero hacia Edmund, pero una chica del grupo de Ed se interpuso en su camino.

—  No te atrevas a dañar a nuestro capitán.— Gruño ella dejando ver unos colmillos, empujando al minotauro hacia atrás con su espada.

—  Capitán que quiere que hagamos.

—  No se apresuren a atacar, ellos nos ganan en numero.— Susurro Edmund, el resto asintió, esperando la señal de su capitán.

Edmund por el rabillo del ojo vio como uno de sus amigos tenia una pequeña granada de humo, inmediatamente ideo un plan y rápidamente la tomo y la lanzo, dejando sin tiempo de reaccionar a Caspian y al resto de los enemigos.

—  ¡Corran! — Ordenó Edmund, empujando a sus compañeros para que comenzaran a correr, vio a la chica que lo defendió ser tomada por uno de sus brazos e inmediatamente fue por ella, apuñalando al minotauro y tomando la mano de la chica para empezar nuevamente a correr.

—  ¡Mierda!-Exclamó furioso Caspian.—  ¡Vayan por ellos!

 El no dejaría que Edmund se le escapara de las manos, no entendía muy bien por qué, pero quería poseerlo, quería verlo rogar.







¡Hola! ¿Cómo están?

Espero les haya gustado el capítulo ♡

Mañana me iré de vacaciones y no se si podré publicar el siguiente capitulo esta semana): espero comprendan.

¡Tengan un bonito día y una excelente semana!

¡No se olviden de comentar y votar! ¡Nos vemos!

𝐼𝑛𝑠𝑒𝑛𝑠𝑎𝑡𝑒𝑧 𝑛𝑎𝑣𝑒𝑔𝑎𝑛𝑡𝑒  [𝐶𝑎𝑠𝑚𝑢𝑛𝑑]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora