𝐼𝑛𝑠𝑒𝑛𝑠𝑎𝑡𝑒𝑧 𝑛𝑎𝑣𝑒𝑔𝑎𝑛𝑡𝑒 [𝐶𝑎𝑠𝑚𝑢𝑛𝑑]

Capítulo 17

Caspian durmió durante dos días seguidos, Lucy después de darle un poco del cordial y tratarlo con medicinas naturales recomendó que lo mejor era dejarlo dormir, Edmund estuvo de acuerdo.

— Degian podrías llevarle esto a Lucy — Edmund sostenía una bandeja con alimentos, Degian llego casi corriendo y asintiendo se fue.

— Creo que algo esta pasando entre esos dos — Menciono Drinian, quien ya estaba mucho mejor.

— No hagas que comience a pensar cosas extrañas. — Pidió Edmund riendo, camino junto a Drinian hacia el despacho de Caspian y observaron el desorden que había.

— ¿Qué diablos ocurrió aquí? —Preguntó Edmund. Drinian tosió incomodo.

— Después de que usted se fuera, el capitán tuvo un ataque de ira y destrozó todo y se encerró aquí por una semana...— Edmund sintió su corazón oprimirse.

— ¿No dijo nada luego de que me fui? — Drinian negó. — Bien.

Edmund comenzó a levantar los muebles y papeles del suelo junto a Drinian, ninguno dijo nada en todo el tiempo que estuvieron en ese lugar, una vez que todo estuvo en su respectivo sitio, Edmund guardo algunas cosas en la vitrina, y volvió a encontrar aquel objeto cilíndrico. Seguía sintiéndose extraño cada vez que lo veía ¿Qué era realmente? tal vez Lucy podría decirle.

Un dolor de cabeza lo obligo a cerrar los ojos y apoyo su frente contra el vidrio de la vitrina.

— ¿Quién crees que habito estas ruinas? —Preguntó una pequeña Lucy.

— Creo que nosotros — Respondió Susan confundida.

— ¿Alguien tiene fósforos? — Insistió Peter sosteniendo un palo con un pedazo de tela.

— No, pero tengo esto — Edmund saco la linterna de su bolso.

— Pudiste decirlo antes — Dijo Peter riendo mientras palmeaba el hombro de su hermano.

Los cuatro hermanos se introdujeron en la cueva alumbrando con aquella linterna, llegaron hasta el corazón de la cueva y observaron cuatro grandes baúles con grabados en las paredes sobre ellos, Edmund se acerco al suyo y saco su espada...una gran espada bastante conocida.

— ¡Edmund!

Edmund abrió abruptamente los ojos y lo primero que vio fue el rostro asustado de Caspian.

— Por Aslan — Exclamó Caspian sosteniendo a Edmund. — Lo primero que veo al despertar es a ti en el suelo desmayado ¿acaso quieres provocarme un infarto? — Preguntó exaltado, Edmund lo observo confundido ¿Desmayado? ¿Él?.

— ¿De que estas hablando?

— Primero vamos a mi habitación.

Caspian tomo en sus brazos a Edmund y bajo la atenta mirada de todos en la cubierta entraron a la habitación. Lo dejo sobre la cama y Edmund pudo notar que Caspian estaba mucho mejor, al menos a el nunca se le había visto aquel polvo extraño en la piel, eso lo tranquilizaba.

— ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿por que cuando te buscaba te encontré en el suelo? 

— No lo se... solo comenzó a dolerme la cabeza y después todo estaba borroso. 

Caspian no parecía conforme con aquella respuesta. 

— ¿Qué tienes en la mano? 

— Oh ¿esto? es mi linterna — Respondió Edmund como si fuera lo mas normal.