—No, no, no, aléjate —pedí al ver como presuntuosamente se elevaba para dirigirse hacia mis labios.
—No lo haré —aseguró —porque voy a follarte —dijo seguro de sí mismo.
—No puedes —susurré sintiendo el pánico nuevamente.
—Si puedo —aseguró descendiendo su mano hacia los botones de mi pantalón para desabotonarlos.
Mi mano se dirigió hacia la suya para sostenerla y evitar que continuara, pero sus labios estampándose con los míos me hicieron olvidar por completo de la misión inicial.
Mis pezones ya estaban erectos en su totalidad y ni hablar de mi vagina, la cual parecía un canal de agua ante toda la humedad que presentaba.
Nunca en mi vida me había mojado tanto, hasta podía sentir como mojaba de paso mis bragas.
Su mano sin remordimiento se adentró entre mis ropas para acceder a mi feminidad.
Mis mejillas se tornaron rojas al sentirlo tocar el vello de mi pubis, pero sin tomarle importancia descendió hacia mi centro para tocarlo detonando las avasallantes sensaciones que me envolvieron de una forma irracional.
La mano que hacía segundos sostenía la suya para evitar que llegara hacia la parte que ahora tocaba, subió hacia mis labios para intentar sellarlos y evitar que algún sonido escapara de estos y mientras él descendió sus besos hacia mi cuello el cual mordía constantemente como una señal clara de lo que quería hacer.
No pasaba desapercibido para mí, había leído suficientes libros como para sospechar lo que quería. Por ello había intentado huir en primera instancia, porque aún estaba a tiempo, pero si llegaba a marcarme no habría una sola oportunidad para mí.
Sus dientes de forma ruda se aferraron a la carne de mi cuello y mordí mi mano para evitar gemir de forma fuerte.
—Quiero hacerlo —susurró contra mi cuello.
—No, por favor, eso no, te lo pido —él suspiró profundamente antes de sacar su rostro de entre mi cuello.
Sin consideración atacó mis labios nuevamente mientras su mano salía de entre mis pantalones para subir hacia mi polera la cual agarró por el cuello con notable fuerza para terminar desgarrándola.
Y lo hizo, jodidamente la desgarró por completo gracias a la fuerza tan descabellada que poseía y eso provocó que yo quedara solo con el sostén sin varillas que continuamente usaba por cómodos.
Su mano tomo los bordes de este y los subió para dejar salir uno de mis senos y poder llevarlo a su boca con premura.
Yo jadeé y al recordar que mi mano ya no cubría mi boca, la llevé nuevamente para callarme.
Mi cuerpo se arqueó y sintiendo una extraña energía envolverme terminé llevando mis manos hacia los bordes del sostén y los restos de la camiseta para sacarlos por completo de mi cuerpo quedando con mi torso totalmente desnudo.
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J A D E
WerewolfCon unos padres descuidados que me arrojaron hacia mis abuelos para que me criaran y de paso unos abuelos sobreprotectores que preferían que tu educación fuese en casa ya que la escuela quedaba en otro pueblo y debías recorrer kilómetros de distanci...