Mis ojos se había abierto por el calor incesante que me envolvía. Podía sentir las sábanas que me cubrían, húmedas por el sudor que desprendía ante la cantidad de calor, por lo que sintiéndome ofuscada retiré las sábanas y jadeé al sentir mi centro húmedo.
Entendía de donde provenía el calor y que era lo que clamaba.
Al encontrarme sola en la habitación me levanté de la cama sintiendo la madera fría bajo mis pies y me acerqué a la puerta que sabía pertenecía al baño.
Sin molestarme en cerrar, me adentré en él y fui directo al lavabo para buscar un cepillo empacado, al encontrarlo me lavé los dientes de una forma rápida acelerando el momento en el que me adentraba en la ducha para recibir el agua fría.
Al dejar el cepillo sobre el lavabo, arreglé la coleta que mantenía mi cabello en su lugar y me adentré en la cabina para abrir la llave de agua fría.
Un leve chillido escapó de mis labios ante el cambio brusco, pero aun así lo agradecí, pues lo necesitaba.
Sintiéndome increíblemente necesitada descendí mi mano hacia mi feminidad por primera vez en mi vida e intenté hacer los movimientos que Cowen había hecho, pero no se sentía como quería.
—Prometo enseñarte, pequeña, pero no será ahora —mi mirada se dirigió hacia Derek quien se encontraba en el baño cruzado de brazos, totalmente desnudo, apreciándome.
Mis mejillas se sonrojaron al recordar lo que estaba haciendo y él sonrió socarronamente antes de comenzar a caminar en mi dirección.
—No creas que provocaré ese calor delicioso en ti y no lo aprovecharé —dijo seguro —porque cuando se pase la sensación, sentirás a la perfección lo destruida que vamos a dejarte.
En cuanto entró a la cabina me tomó por mi coleta para hacer que le diera la espalda pegándome a su pecho de esa forma.
Su boca fue hacia mi oído y jadeé al sentir la erección avasallante presionando contra mi trasero.
—¿Lo sientes? —es lo que causa el solo saber que estas a metros de distancia de mí.
—¿Me vas a coger o no? —cuestioné sintiendo como mi centro se humedecía cada vez más.
Un azote fue dejado en mi nalga y el sonido resonó en todo el baño.
—Respétame, pequeña, soy tu alfa —susurró mientras hacía descender su mano hacia mi coño para toquetearlo de la misma forma en la que yo lo había hecho, solo que su toque si me hizo temblar.
Yo jadeé al sentir uno de sus dedos adentrándose en mi interior de forma brusca percibiendo mi humedad.
—Inclínate —ordenó.
Sin protestar me incliné levemente aun con mi cabello entre sus manos.
Él con su miembro tanteó mi entrada y al estar en posición empujó para con un solo movimiento embestirme por completo sacándome un grito que quedó amortiguado por el sonido del grifo dejando caer agua.
—Joder, joder —gemí al sentirlo tan profundo de una forma tan invasiva.
Derek pasó uno de sus brazos por debajo de mis codos para llevarlos hacia mi espalda mientras continuaba con mi cabello entre sus dedos.
De esta forma él me dominaba a su antojo haciendo que mi cuerpo se arqueara cada vez más para recibir todo lo que el me daba como quería y de la forma en la que quería.
Sus embestidas brutales comenzaron a ser veloces haciéndome jadear una y otra vez.
Podía sentir como en más de una ocasión me faltaba el aire, como mi vientre se apretaba ante el nudo que iba creciendo y como la forma tan violenta y salvaje en la que me cogía estaba logrando que el calor que me envolvía fuese disminuyendo.
Y en medio del dolor que causó su invasión inicial, agradecí su desenfrenado vaivén, pues prefería sentir ese doloroso placer a tener que intentar sobrellevar el calor que me había despertado.
Y en ese choque de cuerpos tan brusco terminé apretándome alrededor de su miembro para correrme de una forma más aparatosa que las anteriores.
Mis piernas temblaron ante el avasallante orgasmo, todas mis terminaciones nerviosas se desconectaron evitando decirle a mi cerebro que necesitaba mis piernas, por los cuales estas me fallaron y aun con el miembro de Derek en mi interior soltando todo su semen, me dejé caer, pero él me sostuvo por la cintura soltando mis brazos de una forma rápida reaccionando antes de que pudiese colapsar.
—Definitivamente tu interior es mi lugar favorito y no voy a parar de enterrarme en ti hasta que no puedas más o termines desmayada otra vez —aseguró en un susurro mientras salía de mi interior para dejar que su semen goteara por mis piernas —y te llenaré una y otra vez de mí, pequeña, porque correrme en tu interior me satisface más que cualquier cosa.
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J A D E
WerewolfCon unos padres descuidados que me arrojaron hacia mis abuelos para que me criaran y de paso unos abuelos sobreprotectores que preferían que tu educación fuese en casa ya que la escuela quedaba en otro pueblo y debías recorrer kilómetros de distanci...