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Jackie !
—tienes que irte, es tarde. —le digo entre risas.
el me pone un puchero y sigue rodeandome por la cintura.
—nunca es tarde para un besito más. —sonrie como angelito.
—ya te he dado como cincuenta besos, vinnie. —mascullo con diversión.
—bueno, pues dame cincuenta y uno, juro irme está vez. —dice, muy alegre.
ruedo los ojos, pero de todos modos me inclino sobre mis pies y apoyo mis manos sobre sus hombros para así poder besar sus labios. El beso es tan suave que apenas se que existió, y cuando me separó el me miro con pura embobacion.
—¿pueden ser cincuenta y dos?. —cuestiona, atontado.
suelto una risita y asiento, le doy otro beso y otro. Y antes de darme cuenta, el me tiene agarrada de la nuca y me besa como si la vida dependiera de ello.
—uh, no te das una idea de lo que me encantas, Jackie. —susurra sobre mis labios.
me sonrojo a más no poder y el me pincha la nariz con su dedo. Me recorre toda la cara con sus lindos ojos avellanas y los detiene justo en los míos.
—oye... que, no se si sabes. —carraspea, nervioso. —pero... le hable de ti a mi madre y ella quiere, ya sabes, conocerte...
recargue mis manos sobre su pecho y lo mire con una mueca. ¿Le hablo de mi a su madre? Creo que me pondré a llorar en cualquier momento, no es broma.
—¿Le hablaste de mi a tu mamá?. —cuestione, sorprendida.
me puso una mueca de obviedad bastante divertida y asintio con la cabeza.
—Pues claro que lo hice, no puedo sacarte de mi cabeza y a ella le cuento todo lo que considero importante. —me explica.
abro la boca con más sorpresaa y parpadeo con confusión.
¿soy... soy importante para el?.
¿soy importante para alguien en esta vida?.
—¿soy importante para ti?. —pregunte, pasmada.
—Si, mi castaña. Claro que sí, eres lo más importante que tengo. —susurra.
los ojos se me llenan de lágrimas y sacudo con la cabeza. No debe sentir eso, no debe considerarme importante, no lo merezco.
—y tu lo sabes, Jacks. Tu sabes que yo...
niego con la cabeza.
—vinnie, no...
—que yo...
—no, vinnie, no...
—...Te quiero mucho. —termina.
aplanó mis labios y sigo negando con la cabeza. El no debe quererme, no debe hacerlo porque de verdad es inútil, quererme a mí es como querer a un alma desolada, un alma triste, que solo necesita atención.
—Vinnie, tu no debes quererme. —le digo. —No debes hacerlo, ¿no te das cuenta que me estoy hundiendo cada vez más? ¿No entiendes que no debes sentir nada de eso por mi?.
el chasquea la lengua con amargura y me abraza aún mas. Sacude su cabeza en negación y me mira fijamente.
—al parecer, la que no entiende eres tú, Jacks. No comprendes que si tú te hundes, yo me hundo contigo. —dice en voz baja. —y aún así estemos lo más bajo posible, yo jamás te soltaré, castaña.
la presión en mi pecho crece y las ganas de llorar aunmentan, el sabe que quiero llorar, pero no me lo permito. No quiero parecer más débil de lo que soy enfrente suyo.
—Cuando puedas y quieras, puedes venir a casa a conocer a mi madre, te caerá bien. —cambia de tema, se lo agradezco internamente. —Tambien puedes llevar a Jacob, Mamá hace ricas galletas, de seguro le gustan.
asiento y lo abrazo por los hombros de nuevo. A veces siento que el es como un ángel que el universo me mandó, es casi imposible lo mucho que logra entenderme y lo mucho que sabe cuándo estoy mal.
—creo que mañana podra ser, luego de ir al parque. —le digo. —Mi padre tiene una reunión y mi madre irá a casa de unas amigas, puedo ir por unas horas, al menos a conocerla.
—sera más que suficiente. —me asegura. —me avisas a qué hora estarán libres, ¿si?. Ahora debo irme antes de que lleguen tus padres.
asiento y me separó a duras penas de el, quien camina hacia la ventanilla y la abre con facilidad. Malditos altos y su suerte en la vida.
—me llamas si pasa algo o si necesitas cualquier cosa, ¿bien?. —yo vuelvo a asentir. —¿irás mañana a clases?.
—creo que si. —susurro.
—bien, estaré esperándote, castaña hermosa. —se acerca y me besa rápidamente. —Te quiero, no lo olvides.
sonrío ampliamente.
—no lo haré.
el finalmente decide salir por la ventanita y antes de irse, se pone de cuclillas y me mira con un lindo brillo en los ojos.
—Rubio... —lo llamo, debo decírselo. —yo también te quiero, demasiado.
el sonríe abiertamente y veo como sus mejillas se sonrojan con rapidez. Es demasiado tierno.
—me vas a hacer llorar, basta. —se ríe.
hago lo mismo, y el mete su mano por la ventanita para tomar la mía, la tomo con rapidez y comienzo a acariciarla con mis dedos.
—Nos vemos, mañana. Duerme bien, y no dudes en llamarme si pasa algo, ¿si, castaña?.
—lo hare, te llamare si no encuentro mis tenis. —me río.
—me sentire el hombre mas afortunado del mundo si lo haces. —me dice. —pero de verdad, llamame ante cualquier cosa.
el me devuelve la sonrisa y finalmente suelta mi mano. Eso logra hacerme sentir un gran vacío en el pecho, es increíble el poder que tiene en mi este chico.
—Buenas noches, castaña.
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