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Jackie !
La vida me ha fallado muchas veces.
Me ha fallado tanto que he dejado de creer en todo.
Cuando tenía siete, aquella vez que sucedió mi primer castigo, le pedí entre llantos y susurros al cielo que mi padre no volviera a jugar así conmigo. Nunca me cumplió el deseo.
En las películas, muchas veces dicen: pídele un deseo a una estrella, frota una lámpara y un genio saldrá a cumplirte tres deseos, anhela algo con fuerza y la vida te lo dará.
Hice todos y cada uno de esos métodos a los ocho años. Nunca se cumplieron.
A los nueve años le pedí a los gritos al universo que mi padre desaparezca. Claro que no lo cumplió, ya que el está sentado a mi lado, conduciendo un auto que me lleva al instituto.
A los diez años, nació mi hermano Jacob, le pedí a Dios que hiciera que el no le haga lo mismo que lo que me hacía a mi, a mi hermanito. Eso sí lo cumplió.
Entonces comencé a creer en Dios y a pedirle deseos. Nunca más me cumplió nada, mis esperanzas bajaron de golpe y una nueva amenaza salió a la luz.
Si sales, tu hermano y tú serán castigados. Me dijo el mounstro a los once, esa fue la primera vez que sentí el pánico y el terror en mi sistema.
Me invadió el miedo, no supe que hacer, mi yo de once años debía estar jugando a las muñecas con sus amiguitas, no siendo abusada y teniendo un ataque de pánico en el baño de su cuarto luego de una amenaza de su padre.
A los doce años, me la pasaba encerrada, enjaulada, solo leyendo y buscando nuevas cosas para hacer en casa. Ya no le pedía deseos a nadie, era inútil.
A los trece, Mamá comenzó a controlar lo que comía y lo que no, comenzó a hablarme del peso ideal, medidas adecuadas y cosas que yo no entendía.
A los catorce, pesaba diez kilos menos que las chicas de mi edad.
Solo comía una vez al día ya que tenía clases de guitarra y a mi madre no le gustaba que comiera cuando tenía clases. Decía que mi rendimiento cuando lo hacía era bastante bajo, comencé a tenerle asco a la comida.
A los quince, me dejaron salir por primera vez gracias a mi abuela, fui a una fiesta con mi amiga Alexia, me emborrache por primera vez, rei de verdad luego de años de cautiverio, la pasé genial. Pero había bebido mucho, y cuando desperté en mi cuarto al otro día, todo volvió a ser igual. Pero con la pequeña diferencia de que a mis padres ya no les caía bien Alexia, no me querían cerca de ella.
