Entonces lo supe, y caí en cuenta de que era real. Todas leyendas resultaron siendo ciertas, y aquellas cosas que creí que eran imposibles, lo fueron. Me había involucrado en algo sin escape, para lo que no estaba lista.
Sí, estaba en la universida...
Notita: Antes de empezar, quiero decirles que tengo el siguiente capítulo listo para subir, peeero me gustaría recibir algo pequeñito a cambio gg. Lo subiré apenas este capítulo llegue a 60 votos. Así que no olviden dejar su estrellita naranja e invitar a sus amigx para actualizar lo más pronto posible :3
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los días transcurrieron común y corriente. Volví a mi dormitorio, intentando preocuparme por mis estudios en vez de las cosas que constantemente olvidaba y recordaba. Mi cerebro se sentía frito, estaba endeble ante la manipulación de los vampiros. Pero yo no lo sabía, y era lo que más me jodía.
Porque ni siquiera en la soledad era consciente de lo que pasaba a mi alrededor, a menos que estuviese en compañía de uno de ellos.
Scarlett estaba fuera, así que yo me encontraba esclavizada en mi escritorio realizando trabajos para la facultad. Esta no era la vida llena de alcohol, sexo y drogas que me habían prometido.
Mi celular vibró bajo mi mano, y sonreí a medias al ver el nombre de Jayden brillando en la pantalla. Hacía días que no hablaba con él, y no porque no quisiera, solo... Mis prioridades giraban en torno a mí y mi formación profesional. El pelinegro misterioso podía esperar.
«Jayden Crowell: ¿Qué te mantiene despierta a esta hora?»
Mi cabeza dolió, recordando todo respecto a él y tuve que cerrar los ojos un momento para recuperarme. Una vez lista, retomé lo que estaba haciendo y le contesté el mensaje, con una foto de la pantalla de mi computadora, enseñando el ensayo que llevaba a medias.
«Michelle Howard: No todos tenemos la dicha de poder hipnotizar a los maestros para aprobar las materias. O la ventaja de ser jóvenes para siempre. Yo envejeceré y tendré que trabajar por cuarenta años hasta pensionarme. Como una gran abogada.»
Casi pude sentir su sonrisa a través de la pantalla. Lo empezaba a conocer mejor y sabía lo que le causaban mis comentarios sarcásticos.
«Jayden Crowell: Yo puedo hipnotizar a todos tus profesores. Que tú no quieras es otra cosa. Le quitas lo divertido a la vida, preciosa. ¿Cómo crees que me gradué de mis 5 carreras?»
¡Madre de Dios! ¡¿5 carreras?! Yo llevaba menos de medio semestre y ya me quería retirar.
«Michelle Howard:¿Cómo es que tienes 5 carrera universitarias encima? Pensé que eso de que "estudias" Ingeniería biomédica era solo una tapadera para tu vida como asesino de brujas profesional.»
«Jayden Crowell: Para tu información, pelirroja preguntona. Soy un hombre profesional. Cuando era humano me gustaba estudiar, pero... No había muchas universidades. Estudiar siempre ha sido un privilegio. Ahora imagínalo en el siglo XVlll.»
Eso me hizo divagar. A veces olvidaba el hecho de que él me llevaba 200 años y más. De que, dentro de ese cuerpo atractivo y que lucía contemporáneo, había un hombre con años y años de experiencia.