Entonces lo supe, y caí en cuenta de que era real. Todas leyendas resultaron siendo ciertas, y aquellas cosas que creí que eran imposibles, lo fueron. Me había involucrado en algo sin escape, para lo que no estaba lista.
Sí, estaba en la universida...
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Aproveché la ausencia de Jayden para usar el baño, la sensación de alivio me invadió al hacerlo y después de eso me enjuagué el rostro con agua. Me sentía exhausta, y eso que no había hecho nada, además de casi perder la cabeza.
Palpé mis bolsillos, en mi chaqueta estaba mi teléfono. Una idea cruzó mi cabeza al notar que, por alguna razón no me lo habían quitado.
Abrí la aplicación de Snapchat, y comencé a grabarme a mí misma, encerrada en el baño.
—Es probable que no recuerde esto cuando lo vea, pero estuve secuestrada. Scarlett, mi compañera de cuarto es un vampiro, al igual que su amigo Jayden y Mason. Me trajeron a una rara mansión en la mitad de la nada. Tengo que exponerlos, evitar que hagan daño a más gente, están entre la gente. Tengo que consumir hierba santa para que no puedan hipnotizarme. Por favor, créelo, es real.
Después de eso, tomé el video y lo guardé en la sección de "Sólo para mí", así era menos probable que encontrasen el video. En algún momento lo recordaría todo, y lo usaría en contra de ellos.
¿Por qué tenía que ser su presa, cuando podía ser su cazadora? No era menos por ser humana, y lo iba a demostrar.
A la mierda, tengo que salir de aquí.
Guardé el celular y salí del baño, encaminándome hacia el pequeño balcón que había en la habitación de Scarlett. Me arrepentí al instante, al ver que, a las afueras de la casa, todo estaba rodeado por la parte del frente.
Aun así, estaba dispuesta a documentar todo, cualquier mínima cosa con tal de tener evidencia suficiente para exponer a esa manada de bestias infernales. Lo pensé un segundo, podía morir, corría ese riesgo. Pero no estaba dispuesta a hacerlo sin dar pelea.
Tomé el pomo de la puerta, y lo abrí lentamente para asomarme a través de la abertura. Suspiré al ver que no había nadie en el pasillo levemente iluminado. Me puse la capucha e intenté recordar el camino por el que me trajo Scarlett, en la primera planta debía haber una salida, o alguna mierda que me permitiera salir.
¿Estaba cagada de miedo? Por supuesto que sí, pero mis ganas de huir eran más fuertes. Recorrí el espacio a hurtadillas, revisando en cada esquina que no hubiese nadie, era una suerte que la casa no estuviera vigilada por dentro también.
Caminé y caminé, la casa parecía un jodido laberinto, bajé a la primera planta, recorrí la cocina, salón principal, el bar, todo. Hasta que... Encontré la puerta de lo que parecía ser el jardín trasero. Me temblaron las manos al empujarla.
Estás siendo estúpida, Chelle... Vas a morir por curiosa.
Tomé una bocanada de aire, seguía sin encontrarme a nadie, la seguridad estaba más que nada en la parte frontal de la casa, o al menos fue lo que vi al estar en la habitación de Scarlett. El jardín trasero también era enorme, esto no era una mansión, era un puto palacio. Recorrí la piscina desolada, el bonito rosal y lo que parecía ser un... ¿Laberinto?
