Capítulo 44.

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Maratón final 6/8. 


No estaba segura de cómo llegué de regreso a la mansión Stonem.

Solo era consciente de que había pasado una noche luego de que fui a Rusia, tenía una determinación impulsada por mi mente con una orden silenciosa que ni yo misma conseguía determinar.

Solo sabía que tenía que cumplirla.

Me encontré a mí misma en la parte posterior del territorio, atravesé la entrada resguardada por un millar de vampiros que me dejaron pasar con la boca abierta, sorprendidos por mi regreso.

Caminé con la barbilla arriba, siendo indiferente a las miradas curiosas que me daban las personas que me topaba en el camino.

—¡Esclava! —me llamó Rosie, abrazando mis piernas a modo de saludo.

—Rosie —respondí y acaricié su cabello trenzado.

Ella me miró con el ceño fruncido un segundo, pero luego sonrió.

—¿Sabes dónde está Axel? —le pregunté.

La niña pareció dubitativa, pero acabó por asentir y señaló en dirección al bosque, específicamente hacia una zona que yo no había recorrido nunca.

—En el arroyo, creo —exclamó.

¿Tenían un arroyo?

Le di una última sonrisa a modo de agradecimiento antes de dirigirme hacia allí. Sin embargo, la morena intentó detenerme, poniendo su pequeño cuerpo frente a mí.

—¡No puedes ir! ¡Al amo no le gusta que nadie esté ahí cuando él entra al arroyo!

Su voz quedó sofocada debido a que la rodeé y continúe mi camino en dirección a donde me dijo, pues estaba determinada a llegar.

Tenía que encontrarlo.

Caminé y caminé por varios minutos, adentrándome cada vez más al bosque, hasta que en cierto punto vislumbré a un grupo de servidores que me impedirían el ingreso. Allí comencé a escuchar el sonido del agua corriendo por el arroyo.

Susurré un hechizo de invisibilidad indetectable, creando el campo de fuerza a mi alrededor que me dejaría pasar desapercibida, y con cuidado atravesé al grupo de vampiros bloqueando el paso.

A medida que me acercaba, percibía el sonido del chapoteo de un cuerpo contra el agua, que se encontraba en medio de un claro con árboles rodeándolo.

Observé cómo Axel nadaba desde una distancia lejana directamente hacia mi dirección, dando brazadas largas que lo transportaban a una velocidad impresionante.

Corazón Inmortal #1 ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora