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El portazo que dio el platinado se escuchó en todo el departamento, el pelinegro que se hallaba comiendo ramen tranquilamente levanto la cabeza cuando lo vio abrir la nevera y sacar una jarra de agua.

– ¿Y el mal humor se debe a que...?

–A que no... ¡No sucedió nada!– tomo se su agua mientras sus orejas estaban rojas.

– ¿De qué hablas?– miro su reloj en mano– te fuiste hace media hora... ¿Tan mal te fue?

–Ese es el problema– se sentó de golpe, casi cayéndose pero se recompuso– no Salí con ella, no fui a ningún lado.

– ¿Qué?– parpadeo– ¿Qué sucedió?

El chico de melena platinada suspiro y jugo con sus manos pequeñas por un momento, solo recordar lo que paso en la cafetería le da mucha rabia.

–Fui a buscarla al finalizar turno, cuando llegue Hana...

– ¿Hana?

–Cállate y déjame terminar– este asintió–Hana me dijo que ella no quería verme, me conto que le hablo de nuestra cita y...

– ¿Y?

–Que fue un desastre según sus palabras– tapo su cara con ambas manos, no quería recordar las palabras de la pelinegra– no quería que fuera un desastre, en serio quería que todo saliera bien, que se divirtiera.

–Jimin– este se levantó apretó ambos hombros– no tienes la culpa, no sabías que un idiota les derramaría algo encima y todo terminaría allí. ¿Crees que yo pude tener una cita con mi futura esposa?– este lo miro, los ojos del pelinegro se tiñeron de tristeza– no pude tomarla de la mano como quería, dormíamos tan cerca pero tan lejos y tuve que salir corriendo junto a ella de su país; para mí no fue fácil. Tienes la dicha de que puedes decirle lo que sientes y sonreírle– sonrío– mi verdadera libertad y felicidad fue cuando la tuve en mis brazos, aquí. Cuando pude decirle lo mucho que la amaba... quiero que tú, Hyung hagas lo que yo no pude, son casos distintos, lo sé. Pero quiero que dejes tu timidez y salgas con ella nuevamente y le demuestres que vales la pena.

–Jungkook...– susurro con ojos cristalizados– yo...

–Vales la pena, Jiminie– lo abrazo– no debes sentirte mal por esto. Es más– tomo de la encimera de mármol blanco una tarjeta en blanco y azul– por eso vine a Busan, las mande a diseñar aquí. Invítala a mi matrimonio.

...

Sara, caminaba con un hermoso vestido morado y pies descalzos sobre la orilla del mar. Pensaba una y otra vez sobre la cita con el chico de ojos de luna. Estaba algo triste, en realidad no quería creer que no llenaba sus expectativas, no quería ser una más del montón y crear una mala experiencia para él.

–No soy suficiente...

– ¿Para quién no es suficiente?

Sus pasos se detuvieron cuando una figura en playera estaba frente a ella, sus cabellos negros y unos lentes de sol lo hacían lucir espectacular.

–EunWoo– susurro mientras era la moraba atentamente detrás de los lentes de sol.

–Hola, Sara– su mano se agito– ¿Por qué traes esa cara?

–No es... no es nada– negó– tonterías mías, se me pasara.

–Si no fuera nada no se te pasaría, dime– insistió– tal vez pueda ayudarte en algo.

Sara por un momento creyó en decirle lo que sucedía, no tenía amigos y Hana no contaba con ello. Tal vez si abría un poco de sí misma para aquel chico él le diera un consejo, se sentiría bien hablar con alguien, desahogarse y quitar el pequeño nudo que tenía en su interior. Por eso se sentó junto a él en la orilla sin importar que el agua salada mojara parte de su vestido y el, se sentó a su lado observando el lindo horizonte. Un mar sin fin.

–Creo... creo que deberías tener más fe en ti misma– respondió después de que ella le contara todo– amarse a sí mismo, quererse es lo principal para demostrarle a alguien más que puedes darle un poco de tu amor. – Suspiro, el atardecer se acercaba– Jimin es mi amigo desde que tengo memoria, es un gran chico que es algo torpe, distraído y muchas cosas más; pero jamás le haría daño a algún o se burlaría de alguien. No puedes creerte insuficiente, solo porque su cita fallo. Aunque pensándolo, jamás creí que fallara– la miro.

– ¿Cómo así?

–Creo que fue algo distinto., algo que tal vez en un futuro le cuenten a sus hijos y se rian a carcajadas– ella lo mitro de inmediato y este rompió en carcajadas al verla roja como su cabello– Dios, Jimin tenía razón.

– ¿En qué?

EunWoo suspiro nuevamente regresando su vista al mar, el sol ya había tocado parte de él. Su amigo tenía una suerte increíble, y él se merecía lo que pronto pasaría si terminaban de darse aquella oportunidad que ambos necesitaban y que ambos querían. Solo faltaba un empujón y listo.

–Tenía razón... tu, tu risa... eres hermosa Sara. – susurro, aunque estuviera cerca ella no escucho gracias a que quedo viendo el lindo naranja bañando la playa– eres totalmente hermosa. 

 

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The Little Mermaid ❣️Park Jimin❣️©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora