The Little Mermaid ❣️Park Jimin❣️©

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Limpiaba las mesas rápidamente mirando la hora encima del mostrador, se supone que no se quedaría hasta tarde pero Hana tuvo un percance y tuvo que tomar su turno. Eran pasadas las nueve de la noche cuando escucho la campanilla, ya habían cerrado.

–Lo siento... está cerrado.

La voz fue un susurro cuando esa cabellera platinada se posó delante de ella, era tan lindo, sus ojos, su boca seguramente sus besos también.

–Jimin.

–Sara– jugo con las mangas de su suéter y se acercó lentamente sin dejar de apreciar su lindo rostro sonrojado– ¿Cómo estás?

–Yo... bien, estoy bien ¿Tu?

–Bien– sonrió– yo... lamento lo que sucedió el día de nuestra cita– rasco su nuca– fui un torpe en todo.

–No fue tu culpa, de hecho de ninguno.

–Pero lo lamento.

ambos detuvieron el tiempo por un momento. ¿De qué se lamentaban? Ellos no habían tenido culpa de lo sucedido, no sabían que había pasado, pero eso no tenía que alejarlos, no tenía que afectarlos cuando no tenían la culpa de nada.

–Quería preguntarte algo ¿Puedo?– asintió– ya que nuestra cita termino algo... trágica– sonrieron– quería invitarte a otro lugar, de hecho que me acompañaras– extendió de sus bolsillos una linda tarjeta en blanco y azul– es de un amigo.

Sara tomo con sus manos la tarjeta, era muy hermosa y sus diseños eran sencillos; leyó su contenido y el quedo admirando como sus ojos verdes iban de un lado a otro, como su ceño estaba relajado, sus labios entreabiertos y mojados por el constante repaso de su lengua para refrescarlos.

– ¿Jungkook y Elena?

–Es uno de mis mejores amigos, se casara dentro de dos semanas en Seúl– rasco su cabellera– todos irán con acompañantes y... solo quiero invitarte a ti, quiero que vayas conmigo ¿Puedes?

Sus ojos mostraban algo que le gritaba que aceptara, él estaba allí, no la rechazo, no le dijo que no quería nada con ella. Debía tenerse fe, y valorarse. Ella lo valía.

–Si– asintió mirándolo, los ojos de este desaparecieron– iré contigo, me gustaría.

– ¡Sí!– dio saltitos y tomo su rostro– gracias, Sara. Prometo que te gustara y que te encantaran mis amigos.

...

– ¿Por qué harás una fiesta esta noche?

Un joven chico de cabellera castaña le hablaba a la chica  pelinegra, estaba miraba en su espejo distintos vestidos que se colocaba.

–Quiero invitar a todos, además sabes perfectamente porque haré la dichosa fiesta– lo miro con una ceja enarcada.

–Mmm, que bueno que tengas tantas ganas– se levantó de la cama– ¿pero porque mierda en mi casa?

–Eres rico, tienes espacio y bebidas. Además...–se volvió hacia el– te lo recompensare cuando sea la novia de Jimin.

–Estas tomando decisiones y haciendo conjeturas apresuradamente ¿No crees?

–Solo hago y digo lo que quiero porque se que se dará– hablo con desinterés– sabes que caerá, tarde o temprano.

–No ha caído desde hace un año ¿Ahora lo hará?– suspiro caminando hasta la puerta– creo que estas equivocada, espero esta vez no te metas en problemas por un chico, Hana.

Esta no le prestó atención, sin esperar que ella le devolviera las palabras salió de allí con ambas manos en el bolsillo. Sabía que eso no saldría muy bien.

...

– ¿Qué?– pestaño– ¿Una fiesta?

Hana torció los ojos y bufo, era tan lenta y tonta.

–Sí, Sara– le tendió un papel con la dirección– será en casa de mi mejor amigo, invito a casi toda la playa y quiero invitarte a ti. Pasaras una buena noche.

–Es que...– hizo una mueca– no tengo nada que ponerme.

– ¡Yo te presto algo! Tengo algunos vestidos, te servirá alguno.

Sara no estaba segura, no le gustaban mucho las fiestas. Y esta en particular era una de ricos.

–Está bien– asintió.

–Yo te ayudaré, te pondré muy bella y deseable– sonrió– estarás hermosa, a Jimin le encantaras.

– ¿Tú crees?

–Claro, después de todo eso es lo que buscan los hombres ¿No?– enarco una ceja– te ayudare a que dejes a más de uno con la boca en el suelo. ¿Te puedo solo pedir algo a cambio?