¿sᵘ ᵛⁱᵈᵃ ˢᵉ ᵉˢᵗᵃ́ ᵈᵉˢᵖᵉᵈᵃᶻᵃⁿᵈᵒ?

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–¡Vas a escucharme! ¡Si no quieres pelear vas a escucharme! Ese... –se sofocó, hizo una pausa–, ese a quien defendiste ayer es un puerco prostituto. ¡Si señor! Yo lo maltraté porque se negaba a besarme el maldito –parecía a punto de soltarse a llorar–, ¿¡es eso lo que quieres!? ¿Un prostituto al que le pagas y luego se cruza de piernas? Es un...

y siguió insultándolo, gritando, chillando y hablando, con una terminología más deprimente que agresiva.

Taehyung pocas veces había escuchado un lenguaje precisamente tan soez. El miedo se había esfumado. No podía seguir oyendo esa retahila de calificativos zafios dirigidos a Hope. Era inadmisible que un sujeto desequilibrado lo insultara con tal saña sin que él le pusiera un alto.

La sangre corrió por sus venas. Era la misma provocación que el día anterior. Jungkook terminó de insultar a Hope y continuó calificándolo a él con todos los sinónimos sucios que pudo hallar.

La pelea entre vagabundos parecía haber menguado porque la gente comenzó  a disiparse. Jungkook estaba lívido al no ver ninguna reacción en Taehyung. Así que alzó las manos y aulló:

–¡Además tu hermana y tu madre son otro par de putas calienta camas!

Entonces se dio cuenta que estaba tan furioso que no podía moverse. Jungkook, como último recurso de provocación, sorbió y se esforzó ruidosamente por exprimir sus glándulas sublinguales, submaxilares y parótidas; se enjuagó la boca con saliva, dispuesto a escupir a la cara de Taehyung. Hizo un gesto antes de expectorar su asquerosa mezcla de secreciones, pero tardó mucho en dar concisión al escupitajo, y zumbando en ese momento la sangre en los oídos de Taehyung perdió la capacidad de razonar.

Dio un puñetazo a la boca que escupía ya el gargajo anunciado.

Don magnético se fue hacia atrás con todo y lo que escupía. La gente lo ayudó a levantarse. Sangraba por la nariz. Se abrió el círculo. Todo listo para iniciar la pelea al fin.

Taehyung pudo ver más allá de la masa humana: Un congestionamiento de automóviles y varias patrullas de policía que llegaban por un costado de la escuela. Los pandilleros corrían hacia todos lados tratando de escapar de la justicia. Algunos heridos se revolcaban en el piso. Recuperó la cordura. Jungkook emitió un grito animal y trató de embestirlo; pero lo hizo de modo tan espectacular que tuvo tiempo de esquivarlo. Cogió su portafolios y echó a caminar hacia el baldío rodeando la frontera de enemigos.

El Cubano se acercó a él y le dijo:

–Vete. No te detengas.

Cuando Jungkook trató de seguirlo fue detenido por una barrera de defensas.

Siguió andando sin volver la cabeza. Escuchó gritos, majaderías, el ruido de algunas piedras que caían lejos. No sabía qué estaba ocurriendo.

Caminó con la vista bien fija al frente alejándose, haciendo que la cara vana de amigos se alargara y se deshiciera poco a poco. Unos minutos después había dejado atrás a casi toda la gente. Era hora de echar un vistazo y saber quién lo acompañaba aún. No eran ya muchos.

Tres personas:

Dong, Ricardo, Gu pei, y un cuarto... solo.

Varios metros atrás. Jung Hope.

¿Qué hacía ahí? Se detuvo y lo observó.

Los acompañantes se hicieron a un lado. Él caminó hasta él y se paró a un par de metros de distancia. Se limpió la cara y lo contempló con sus ojos oscuros.

Parecía frágil y desprotegido, como un niño abandonado que desea con desesperación ser abrazado.

–Gracias –dijo con temblor–. Te admiro.

–Yo no puedo decir lo mismo de ti.

El chico agachó la cabeza para controlar el pesar que lo aplastaba..

–Estoy muy mal, Taehyung. No sé cuánto tiempo voy a aguantar...

–¿Qué te pasa?

–Mi vida se está despedazando.

Lo miró con un nudo en la garganta. No podía darle la espalda. Necesitaba ayuda y él aún lo quería con todo el corazón.

–Ven acá.

Dio un par de pasos y abrió los brazos, pero al contacto, el chico reaccionó como si hubiera recibido un choque eléctrico.

De inmediato empujó al muchacho para obligarlo a separarse.

–Déjame. No puedo.

–¿Por qué?

–Vas a dañarme y yo voy a dañarte a ti. Lo veo muy claro.

–Estás en un error. Soy la única persona que no te traicionará jamás...

–Eso dices. Pero no me conoces.

–¿A qué te refieres?

–Mañana hablamos.

Dio la vuelta y echó a correr sin poner ningún cuidado en sus pasos. Al cruzar la calle un automóvil estuvo a punto de atropellarlo.

Taehyung y sus tres fieles compañeros vieron al chico alejarse. Giró despacio con un sabor metálico en el paladar y reanudó el eterno viaje hacia su casa.


























 Giró despacio con un sabor metálico en el paladar y reanudó el eterno viaje hacia su casa

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¡Estoy muy emocionada!

😭

LOS OJOS DE MI PRÍNCIPE•[VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora