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Dos semanas después...



Se estaba sintonizando la canción de Gambino. Ji subió el volumen al máximo invitó a sus compañeros a bailar. Entre movimientos exagerados y sensuales, el pasillo fue cobrando vida como una improvisada discoteca. Las clandestinas cajetillas de cigarrillos hicieron su aparición y pasaban de mano en mano. Alguien sacó una botellita de licor. A muchos le gustaba presumir de su capacidad para fumar, tomar y bailar sin perder el ritmo.

Taehyung se puso de pie con un pañuelo en la nariz. Detestaba el humo; anunció con un grito que había decidido dar un paseo y los fumadores respondieron aplaudiendo.

Bajó las escaleras del edificio de talleres y fue a la cooperativa. Estaba nublado y soplaba un fuerte viento.

Compró papitas adobadas y caminó por el patio principal mirando hacia el edificio de segundos. Se preguntaba si Hope habría ido a clases. Estaba distraído, soñando con la idea de que él saliera de su aula por alguna razón incomprensible, cuando creyó verlo de reojo.

Giró la cabeza a gran velocidad y pudo distinguir a un chico parecido, sin uniforme, entrando a las oficinas.

La descarga de adrenalina le produjo una punzada en la sien. Su corazón comenzó a latir con fuerza. Se aproximó cautelosamente. Pegó su cara a la ventana y descubrió que no había sido un espejismo. Ahí estaba Jung. Sostenía una carpeta y discutía con el subdirector.

Se limpió las manos llenas de adobo en el pantalón y camina en círculos. Quería organizar sus ideas.

La puerta de las oficinas se abrió. No tuvo tiempo de ocultarse  y de aparecer con naturalidad. Hope se topó con él. Una ráfaga de viento le arrebató dos papeles del expediente. Las hojas revoloteaban en el aire y cayeron de forma azarosa.

Taehyung se apresuró a recolectarlas. Las analizó. Se trataba de un acta de nacimiento y una carta para el director. Hope se aproximó despacio. Denotaba consternación, sus ojos miraron inexpresivos y sus labios perfectos entreabrieron para pedirle con sencillez que le diera esos documentos.

—Sí, pero primero salúdame.

Un insignificante saludo de manos.

—No traes uniforme. ¿Por qué estás en la dirección?

—Hago algunos trámites —respondió tratando de acomodar el folder.

—¿Tienes problemas?

—Sí.

No hubo duda en su respuesta. Taehyung parpadeo y quiso preguntar.

—¿Qué proble...?

—Otro día platicamos, ¿si? Debo salir de la escuela. Me dieron permiso sólo unos minutos.

—No, por favor. Espera. ¿De qué se trata?

Hope bajó la cabeza; no deseaba hablar.

—¿Por qué has faltado a clases? —insistió—. Me preocupas. Necesito saber...

—¡Si tan solo supieras! —suspiró y miró al joven con ojos suplicantes—, no trates de averiguar.

Recordó que cuando fueron por el libro y le preguntó respecto a su familia, él dijo: “Mis papás discuten mucho”

—Somos amigos —insistió—, ¿recuerdas? —él emprendió la marcha hacia la reja—, ¿qué te ocurre?

Estaban a punto de llegar al patio de recepción. Sí continúan avanzando, el prefecto lo vería y tendría que salir. Lo sujetó de una mano.

—Quiero que hablemos.

—Pero yo no. Date cuenta —meneó la cabeza y arrebató el brazo para liberarse—, estoy muy confundido. Mi vida es un caos.

LOS OJOS DE MI PRÍNCIPE•[VHOPE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora