Capítulo 16

8 1 1
                                    

Después de unas horas de seguir navegando llegaron al punto donde, según el mapa de Edward, ocurriría el Hauch von licht.

Todos se preparaban para el gran momento. Había demasiado viento, así que isaron las velas y arrojaron el ancla para no moverse. Todos iban de un lado al otro moviendo cosas, por otra parte, el grupo de amigos (incluyendo a Minerva y Angelic) seguían hablando en el cuarto de navegación del fenómeno que estaban por contemplar.

- Entonces, de nuevo - dijo Esteban - Gold - señaló al ave que estaba posada en su guante - volará antes de que el rayo o lo que sea, ocurra, mientras tanto, todos no esconderemos en la cocina para que esa cosa no nos afecte. ¿Alguna pregunta? - Sofía levantó la mano - sí, Sofía.

- ¿El pájaro se llama Gold? - preguntó.

- Sí, así le puse y al parecer le gusta - contestó el capitán - ¿Cierto Gold? - el ave hizo un sonido - ¿Ves? ¡Le encanta el nombre! - contestó el de ojos verdes retirándose de la habitación - vámonos Gold.

- Tu prometido me está empezando a preocupar - le dijo Sofía a Angelic en un susurro.

Las horas pasaban y el aburrimiento empezaba a ser notable. Ya que nadie proponía cosas para hacer el rato más ameno, así que Sofía comenzó a cantar una de las viejas canciones que Esteban cantaba hacía tantos años:

Me despido del puerto y de la tierra .
Remaré lejos de la arena blanca de Inglaterra.
Para buscar a mis amigos olvidados hace mucho tiempo.
O buscar el lugar que escuché donde todos los marineros terminan.

Y al poco tiempo Roca se le unió.

Mientras las almas de los muertos llenan el espacio de mi mente.
Buscaré sin dormir hasta que la paz pueda encontrar.
No temo al tiempo, no temo al mar.
Recuerdo a los caídos... ¿Ellos piensan en mi?
Cuando sus huesos en el océano, siempre estarán.

Cuando menos lo pensaron, toda la tripulación ya había empezado a cantar y se turnaban los versos. Esta vez, Samuel cantó:

Trazar un rumbo en la noche, a un lugar que una vez conocí.
A un lugar donde mi esperanza murió con mi tripulación.
Me trago mi dolor y enfrentó la prueba final de la vida.
Encontrar la promesa de paz y el consuelo del descanso.

Y luego todos se le volvieron a unir:

Mientras las almas de los muertos llenan mis oídos.
Sus risas como niños, sus gritos de alegría.
Mi corazón anhela unirse a ellos, cantar canciones del mar.
Recuerdo a los caídos... ¿Ellos piensan en mi?
Cuando sus huesos en el océano siempre estarán.

Edward siguió:

Cuando por fin ante mis fantasmales compañeros de barco esté.
Derramaré una pequeña lágrima por mi hogar en tierra.
Aunque en sus ojos habían profundidades llenas de luchas y contienda.
Sus sonrisas dicen que no les debo mi vida.

Toda la tripulación cantó:

Mientras las almas de los muertos llenan el espacio de mis ojos.
Y mi barco se inclina y trata de volcar.
Estoy tan lejos de ahogarme, tan lejos del mar.
Recuerdo a los vivos ¿Ellos piensan en mi?
Cuando mis huesos en el océano por siempre estarán.

El capitán siguió:

Ahora el tiempo está mirando al abismo más oscuro.
No estoy seguro de lo que quiero, pero no creo que sea esto.
Mientras mis camaradas llaman a mantenerse firmes y seguir adelante...
Navego hacia el amanecer hasta que la oscuridad se ha ido.

Esteban y Sofía. La flor imperial de Rashmil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora