Capítulo 12

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La rubia sólo ahogó un gritó tapándose la boca, pero se recordó que no podía darse el lujo de dejarse controlar por sus emociones, no ahora. Tomó la flecha y la colocó en la cuerda del arco mientras la tensaba al mismo tiempo que seguían cayendo sus lagrimas pero procurando no empapar la cuerda del arma, apuntó bien y disparó la flecha clavándose en el cuello de la mujer que le había quitado la vida al gran maestro perdiéndose entre la niebla.

Minerva sólo se quedó en shock, no podía creer lo que había visto.

- ¿Minerva? - preguntó Edward acercándose a ella, la chica no respondió, simplemente empujó el arco contra el pecho del muchacho y no esperó a que él reaccionará para tomar el objeto entre sus manos, sino que lo apartó y entró en la primer puerta que vio abierta, Edward iba a entrar pero Sofía lo detuvo.

- Déjala sola - ordenó la capitana.

- ¿No viste como reaccionó?, no podemos dejarla sola - dijo Edward.

- Es mejor que aclare sus ideas, créeme que no quieres entrar ahí ahora, lo mejor que puedes hacer es dejarle un costal que pueda moler a golpes para que se desahogue - Edward se fue y tal como había dicho Sofi fue a entregarle un costal a Minerva, la capitana tomó el arco que llevaba su compañero y miró a la princesa - quiero hablar contigo, veme en tu camarote en cinco minutos.

- Sí capitana - a continuación, Sofi se dirigió al camarote donde guardaban ropa, tomó unas cuantas prendas y se dirigió al camarote de la princesa. Dio tres toques y esperó a que la princesa le diera permiso de entrar.

- Toma - dijo la capitana entregándole una blusa más a su talla, un pantalón y unas botas - será más práctico que tener ese vestido.

- Gracias - dijo Angelic.

- Bueno, quería hablarte de Esteban - comenzó la capitana cerrando la puerta del cuarto. Sofía había tomado la decisión de hacerlo feliz, al fin y al cabo era lo que ella quería para él, aunque no fuera con ella.

- ¿Esteban? - preguntó nerviosa la princesa.

- Sí - afirmó Sofía mientras tomaba asiento en una silla cercana.

- ¿Qué pasa con él? - preguntó aún más nerviosa.

- Nada malo, es sólo que...los he visto muy distantes estos últimos días.

- Sí, bueno, al parecer me iba a casar con alguien completamente desconocido - habló la princesa con vos decepcionada, lo cual sorprendió un poco a Sofi.

- Te entiendo, a veces las personas con las que queremos no suelen ser quienes pensábamos - dijo mirando al suelo.

- ¿Te hicieron algo parecido?

- Pues...al parecer mis padres tampoco eran las mejores personas del mundo, pero no vine aquí a desahogarme - dijo mirando a la prometida de su amigo - escucha - dijo Sofía tomando asiento en una silla cercana - sé que en ocasiones Esteban puede ser un completo imbécil, pero si te das la oportunidad de conocerlo, te prometo que no va a decepcionarte, aunque sinceramente creo que ya lo conoces.

- Yo no lo creo.

- Bueno, si no lo crees, deberías aprovechar este tiempo con él para conocerlo como quieres. ¿No quieres casarte con él?

- Claro que me gustaría casarme con él, sé que debe ser él con quien debo compartir mi vida, pero...

- Y si eso quieres, ¿No crees que deberías dejar de perder el tiempo dudando y reconciliarte con él para cerciorarte que quieres estar con él? - la princesa solo miró a Sofía - ¿Qué esperas para levantarte y luchar por el amor de tu vida?¿Una invitación? Si es así lamento decirte que nunca va a llegar. Ponte lista - dijo levantándose y caminando hacia la puerta.

Esteban y Sofía. La flor imperial de Rashmil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora