Capítulo 6

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El rey había mandado a la tripulación a las mazmorras, pero la reina tenía otros planes.

Todos iban caminando como si estuvieran yendo al matadero.

- Vaya manera de que nos apresen a todos - dijo Roca - yo esperaba que si me llegaban a capturar fuera en un robo u ofreciéndome en lugar de alguno de ustedes - le mencionó a Sofia.

- Sofi, no te sientas mal, vamos a salir de esto, te lo prometo - trató de animarla Samuel.

- Para serles sincera no me importa - dijo Sofía con desánimo - que Esteban se quede si quiere y que nos degollen a todos de una vez.

- ¡Eso no será necesario! - dijo la reina llegando detrás de ellos.

- ¡Majestad! - los guardias hicieron una reverencia mientras la tripulación se quedaba quieta.

- Liberenlos - habló la reina con autoridad.

- Majestad, tenemos órdenes expresas del rey para dejarlos en las mazmorras - explicó un guardia con temor.

- Sí, lo entiendo - prosiguió la reina - pero mis órdenes expresas, son que los liberen. Yo me haré cargo de ellos.

- Si me permite el atrevimiento su majestad - comentó uno de los guardias - ellos no son perritos domésticos que pueda acariciar. Son expertos en el asesinato y robos a los barcos y pueblos.

- Gracias por la advertencia - agradeció humildemente la reina - pero de cualquier forma, quiero que los liberen.

Los guardias al ver qué la reina no se retractaba en su órden, liberaron a la tripulación y caminaron en dirección a los jardines para hacer su ronda habitual de patrullaje.

- ¿Creé que hablen de la orden que acaba de darles majestad? - preguntó Edward.

- Si mi esposo no les pregunta entonces no.

- ¿Y si lo hace? - preguntó esta vez Sofía.

- Entonces ellos tendrán que hablar. Siganme - dijo comenzando a caminar.

- ¿No le preocupa que su esposo lo tome a mal? - preguntó Roca.

- No. Él confía en mis decisiones y yo en las suyas, si me pregunta algo le explicaré todo. No tengo por qué ocultarle nada.

- ¿A dónde vamos majestad? - preguntó Samuel.

- ¿Hace cuanto que no comen? Me refiero a una buena comida.

- Hace bastante tiempo - respondió extrañada la capitana.

- Vengan, vamos a comer, la mesa está servida.

- ¿Quiere envenenarnos acaso? - preguntó Sofía.

- No. Y si quisiera hacerlo no se los expresaría.

Llegaron al comedor donde había una mesa larga y varias sillas. Todos supusieron que era para las veces en que se organizaban banquetes.

Había varios platillos en una parte de la mesa. La reina les indicó que se sentaran y así lo hicieron todos.

Sofía y Edward quedaron al lado de la reina y les siguieron Roca y Samuel, después todos los demás.

- Adelante chicos - habló la reina - pueden empezar a comer - no necesitó decir nada más, todos empezaron a servirse como si sus vidas dependieran de aquella acción.

- ¿Por qué hace esto majestad? - preguntó Ed.

- Es una crueldad que se queden en las mazmorras como criminales - respondió la soberana.

Esteban y Sofía. La flor imperial de Rashmil.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora