7: "Una gran verdad descubierta pt. 1"

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El hombre los seguía amenazando.

—¡No se muevan, denme al niño camaleón y no les haré daño!

Cale, después de escuchar lo que dijo, volteó a ver al niño. Leo también se veía muy confundido y asustado.

Choi Han quien estaba listo para matar al hombre, se había detenido de usar su espada, miró a Cale esperando una señal de su parte para continuar con el ataque.
Cale después de pensarlo, decidió que dejaría vivir al hombre, pero todavía debían capturarlo, necesitaba hacerle preguntas.

Miró a su espadachín, con la mirada le señaló al hombre y con un leve movimiento de cabeza hizo una negación. Choi Han entendió el mensaje.

«Ve por él pero no lo mates» 

Choi Han siguió sus órdenes. El perpetrador no se dio cuenta de ese leve intercambio de miradas, seguía sosteniendo la bomba y mirando al niño.

Choi Han se movió muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos se colocó detrás del hombre y lo golpeó por la espalda, lo noqueó al instante y antes de que dejara caer el dispositivo redondo, Choi Han atrapó la bomba.

[...]

Estaban en un calabozo, interrogando al enemigo. Beacrox se encontraba ahí para seguir lo que su joven maestro indicara. Choi Han estaba de guardia mientras Cale le hacía preguntas al casi terrorista.

—Contesta, ¿por qué alguien de la tribu camaleón vendría a secuestrar a otro?

El hombre que estaba esposado en una silla levantó su mirada para ver al joven de pelo rojo con algo de sorpresa, él aún no había revelado su identidad.

—¿Cómo sabe que soy de esa tribu?

—Por tu manera de actuar, era muy difícil rastrear al niño pero tú de inmediato lo reconociste e hiciste una demanda sobre él, y sólo un camaleón puede reconocer a su propia especie por el olor aún si están camuflados.

Los ojos del hombre temblaron levemente, lo que dijo el joven ante él, era cierto.

—Ahora responde, ¿por qué viniste por él? ¿Alguien te mandó? —siguió preguntando Cale en un tono frío.

—Lo siento, yo no quería, pero tienen a mi hijo y lo usarían como sacrificio si no hacía lo que decían —el hombre comenzó a decir casi en un sollozo.

—¿Quién fue el que te mandó?

—No conozco al líder detrás, sólo alguien vestido de sacerdote me indicó que debía buscar a un niño de mi tribu en este territorio.

—Ellos saben que el niño podría estar aquí todavía —Cale hizo esa deducción.

—¡Sí, pueden mandar a otros como yo!

—Perfecto, si vienen tendré a más gente para interrogar y encontrar información valiosa, aunque podría también buscar por mi mismo.

El hombre camaleón abrió la boca, no podía creer que ese joven no tuviera miedo de que lo puedan emboscar, parecía querer proteger al niño y no mostraba duda en que él ganaría en esas peleas.

—¿Por qué mejor no entrega al niño? Yo sólo quiero rescatar a mi hijo.

—Yo también quiero proteger a este niño, lo he acogido como parte de mi familia, no voy a permitir que lo dañen.

—No conoce a ese niño, me mandaron por él porque dijeron que él tiene algo importante que puede ayudarlos con sus planes.

Cale quien había comenzado a pensar en trampas para los enemigos que vinieran, volvió a ver al hombre frente a él. Se dio cuenta de que no estaba mintiendo.

"Una segunda oportunidad"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora