"Una segunda oportunidad"

10: "Plan en marcha"

No pasó mucho tiempo cuando una amenaza directa llegó para el Reino Roan.

—Más de la mitad de los reinados han decidido unirse a mí, si el Reino Roan no lo hace, el próximo objetivo a desaparecer serán ustedes.

Ese fue el mensaje de White Star para el rey Alberu. Sin embargo, el rey después de escuchar el mensaje, volteó a ver a su futura esposa y con un leve gesto, le indicó que prosiguiera con el plan.

La princesa Rosalyn, que en ese momento llevaba el título de comandante de la brigada de magos dio una orden.

—Los magos que he seleccionado me acompañarán a la redada que haremos a la guarida del enemigo, averiguamos que cuenta con magos oscuros así que espero que quienes han sido elegidos estén a la altura para pelear contra ellos.

—Sí, comandante.

—En cuanto recibamos la señal de Cale Henituse, nos teletransportaremos hacia él.

Con esa declaración, todos estaban expectantes por cómo iría el plan. Debían confiar en el joven de la casa Henituse.

[...]

Cale y Choi Han lograron infiltrarse con éxito en la base del enemigo gracias al camuflaje de Leo, las ropas oscuras también ayudaron a no destacar. Con las manos unidas estaban recorriendo el lugar al que habían llegado.

Se trataba de una especie de templo subterráneo con muchos caminos. La distancia entre el suelo y el techo era muy amplia pero todo estaba rodeado de rocas y había poca iluminación. Si no fuera por la ayuda de Rosalyn, Cale se habría perdido en el laberinto.

La princesa había descubierto los datos del lugar y con eso elaboró un mapa muy acertado. Cale no tuvo problemas en memorizar los planos del laberinto, contaba con una memoria fotográfica muy buena. Incluso sabía el lugar en dónde encontrar el arma.

Durante su recorrido se encontraron con algunos mercenarios pero no los vieron, Cale le hizo señas a Choi Han para que no actuara ya que iban a tratar de llegar a su primer destino sin intervenciones.

—Ya estamos aquí, Leo, recuerda lo que debes hacer y no te despegues de los magos cuando lleguen.

—Cuenta conmigo, Cale.

Habían llegado a unos calabozos que fungían como prisión para los niños que estaban secuestrados. Los puños de Choi Han se apretaron con furia al ver la cantidad de pequeños que había en los calabozos, todos se veían en mal estado y les tenían mucho miedo.

Cale tenía como primer objetivo, liberarlos. Desde que el hombre camaleón los había atacado y les dijo sobre la extorsión que le estaban haciendo, Cale se dio cuenta de que era muy probable que hubiera más rehenes y los mantuvieran con vida.

Cuando encontró los papeles del contrato del Marqués Stan, su enojo aumentó al leer que estaban asesinando a los niños para obtener su sangre y dárselo al arma. Era algo imperdonable usar a los infantes de esa manera, nadie se merecía lo que les estaban haciendo. Cale había decidido que su primer paso para derrotar a White Star era rescatarlos de ese lugar.

—Bien, usa el pergamino ahora —ordenó Cale a Leo.

El niño había sacado un pergamino mágico que Cale había comprado antes al mercante. Se trataba de una especie de rastreador y señal de coordenadas, contaba con una contraparte que se encontraba en manos de la princesa Rosalyn, la comandante de la brigada. Esa era la señal para que los magos se transportaran al lugar señalado.

La princesa que estaba lista con sus tropas vio a su pergamino arder y ordenó a sus magos activar la magia de teletransportación. En menos de un minuto todos habían llegado a la prisión subterránea. Leo los estaba esperando solo, necesitaban mantener a alguien en el lugar con la señal activada.