"Una segunda oportunidad"

9: "Un nuevo sentimiento floreciendo"

Cale había ido de compras a la ciudad de Rain City, aunque no se trató de compras normales. Por supuesto, Choi Han lo había acompañado.

—Cale-nim, ¿confías en ese mercante?

—Confío en las personas que están muy interesadas en hacer dinero.

Cale se había reunido con un comerciante llamado Odeus Flynn. Debido a la naturaleza de su encargo, Cale había tenido que revelar algunas cosas sobre su plan contra White Star.

Dentro de los papeles que había descubierto, también había algunos detalles que le dieron pistas sobre con qué tipo de villano estaban tratando. Usando esa poca información, ahora tenía una pequeña estrategia formada.

El comerciante, Odeus Flynn había huido lejos de Cale una vez que completó la venta. La mirada divertida que tenía el joven mientras le explicaba con qué fin quería los productos solicitados, le dio la sensación de que se trataba de algo grande en lo que no debería involucrarse. Pero como buen profesional, no revelaría nada.

Ahora Cale y Choi Han se encontraban en una plaza comprando algunos dulces y demás cosas comestibles que no eran saludables del todo.

—Choi Han, esto también se ve interesante, parece algo cubierto de caramelo —Cale parecía sumergido también en las compras.

—Cale-nim, creo que hay muchas cosas dulces para llevar.

—A mí me gustan —comentó un pequeño camaleón que estaba en el hombro de Cale.

La razón de su desvío se trataba de Leo y su ferviente deseo por ir a la plaza junto con ellos ya que no habían tenido la oportunidad de salir juntos a la ciudad.

—¡Miren, ahí es en donde venden pasteles! —Leo emocionado, volvió a tomar su apariencia humana aunque cambió su pelo verde por un tono naranja.

El lugar hacia donde se dirigía muy feliz se trataba de una cafetería en donde vendían postres. Desde que Beacrox Molan le había comentado que existía un lugar en la plaza en donde vendían pasteles muy bien hechos, Leo había querido ir y conocer el lugar. Si un chef tan bueno como Beacrox decía eso del lugar, debía ser un buen establecimiento.

Esa era la conclusión a la que Leo había llegado, sin embargo no sabía si se trataba del mismo lugar que había mencionado el cocinero de los Henituse. No le importó tanto confirmar ese dato, sólo quería comer pasteles.

Cale y Choi Han se vieron con una sonrisa para después seguir al niño.

Dentro de la tienda, Leo estaba observando cada pieza de pan o pastel que se encontraba a su paso mientras apuntaba con un dedo y veía a Cale con una mirada de súplica.

«Este niño ha aprendido bien de Choi Han, ya no parece un camaleón sino un cachorro», Cale no tenía problemas en gastar dinero pero le parecía adorable la actitud del Leo.

—Escoge lo que quieras, tengo mucho dinero.

Leo comenzó a escoger varios postres mientras Cale y Choi Han compartieron una mirada cómplice, ambos estaban felices de ver a Leo con muchos ánimos de nuevo.

Luego de un rato se sentaron en una mesa libre para los tres, Cale había ordenado algunas bebidas dulces y también un postre, Choi Han siguió su ejemplo, Leo ya había empezado a devorar lo que había seleccionado.

—Leo, no debes excederte, mucha azúcar tampoco es buena para la salud —dijo el espadachín.

—Cale también come cosas dulces —replicó Leo quien estaba sosteniendo un pastelillo en cada mano.