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Estaba aterrorizada y a punto de llorar mientras preparaba el café. Para su consuelo, en ese momento llegó Bill Taylor.
— ¿Café? ¡Qué bueno! ¡Lo necesito!
Se le notaba irritado y normalmente ______ abría intentado tranquilizarlo.
Ese día, sin embargo, ni siquiera pudo sonreírle. Allí dentro lo esperaba un hombre de hielo. Un hombre demasiado imponente para Bill, demasiado imponente para cualquiera.
Terminó de preparar la bandeja, tomó aire, se irguió, se dio ánimos diciéndose que no tenía por qué importarle quién estuviese con su jefe en ese momento y entró en la oficina.
Esta vez Justin Bieber no se levantó. Permaneció sentado y la miró indiferente mientras ella servía el café. De su rostro había desaparecido esa mirada cínica, pero sin duda seguía siendo un hombre peligroso.
—Quiero que seas la primera en enterarte, ______ —dijo Bill con su acostumbrado aire petulante—. ¡Seré transferido a Roma!
— ¡A Roma!—exclamó asombrada.
—Un gerente italiano suplirá aquí al señor Taylor durante seis meses —informó Bieber con indiferencia—.Quiero que haya una mayor integración de la empresa. Algunos elementos irán a Italia y otros vendrán. El gerente italiano vendrá con su secretaria y algunos de sus colaboradores más cercanos. El señor Taylor hará lo mismo. Le aseguro que le gustará Roma, señorita—suavizó sus palabras—. Puede resultar una ciudad apasionante.
—______ no irá a Roma, señor Bieber. ¡Sólo Dios sabe cómo voy a arreglármelas sin ella allá! —suspiró y ______ advirtió su angustia.
— ¿Piensa dejar la empresa señorita Gordón? Me gustaría conocer la razón. Si se trata de una mejor oferta, ¡le aseguro que la superaremos! No queremos perder empleados valiosos; además, como secretaria privada del gerente, usted debe conocer muchos de los asuntos de la empresa. No nos gustaría dar a conocer nuestros proyectos antes de tiempo. ¡En la actualidad hay demasiada competencia industrial!
______, ofendida, decidió enfrentarse al director general:
—Señor Bieber...—empezó, pero Bill intervino.
— ¡______ es incapaz de cometer una indiscreción! Ella no nos deja por otro trabajo, sino porque va a casarse dentro de dos meses, ¿verdad, ______?
La chica asintió con un movimiento de cabeza.
—Ya veo. ¿Y qué le parecería posponer su boda y trabajar en Roma como asistente del señor Taylor? El la va a necesitar y, por otro lado, no hay mucha diferencia entre dos y seis meses.
¡No se disculpó por tratarla como una espía industrial! Parecía un lobo deseoso de destrozarlos. ¡Bien, pues se quedaría con las ganas!
—Señor Bieber, hay una diferencia de cuatro meses—dijo con tanta frialdad como la de él— No, no puedo posponer mi boda.
— ¿Ni siquiera por la lealtad que le debe a su jefe? —inquirió severo—.Por supuesto que le aumentaríamos el sueldo.
—Señor Bieber, creo que la lealtad a mi novio es más importante. Y aunque aún no he renunciado por escrito, el señor Taylor sabe que dejaré mi puesto en dos meses. Presentaré mi renuncia con un mes de anticipación.
—Me apena mucho haber iniciado todo esto —intervino Bill, consciente de que el aire estaba cargado de inertes pasiones. ______ y Bieber parecían dos gatos furiosos midiéndose uno al otro—, Chris no consentiría en posponer la boda. El es el piloto de los helicópteros de la empresa. Más tarde le mostraré su registro -—agregó aliviado de poder referirse otro empleado.
—Veamos los registros—respondió tajante Justin.
— ¿Desea que tome algunas notas, señor Taylor? —preguntó ______, deseando escuchar un no.
—No, ______. Creo que...
— ¡Sí! —intervino imperativo el visitante—. Tenemos mucho que hacer. Su ayuda, señorita Gordon, nos evitará pérdida de tiempo.
— ¿Dónde debo alojar al resto de la comitiva, señor Taylor? ¿Ellos vendrán...?
—Yo soy toda la comitiva, señorita Gordon. Ahora, ¿quiere darme el primero de los registros, por favor? —la observó con una ceja arqueada. Parecía como si pudiese leer sus más íntimos pensamientos.
— ¡Sí, señor! —hizo lo que le ordenó seguida por su mirada. Gracias a Dios que estaba por renunciar. Ir a Italia significaría verlo con frecuencia.
Trabajaron sin descanso las horas siguientes. Revisaron los registros y al terminar de leerlos, Justin Bieber parecía conocer bien a todos los empleados de la empresa.
Distraída, ______ se quedó mirando esa cabeza oscura inclinada sobre los documentos y no percató en el momento que él empezó a dictar.
— ¿Señorita Gordon? 
—Perdón, señor—presurosa empezó a tomar nota, siguiendo con habilidad la rapidez del dictado.
—Señorita Gordon, espetó que no tenga problemas para seguirme. ¡Por favor, léame el último párrafo! —lo obedeció sin alzar la mirada—. ¿Quién es el siguiente?
—Chris Pearson—Bill miró con ojos de disculpa a ______, pero Justin puso la carpeta a un lado.
—Es el piloto del helicóptero, ¿verdad? Cómo es el único dentro de su área, prefiero verlo por separado. 
Echó un vistazo a su reloj y miró a ______.
— ¿Es cierto que en Inglaterra se suspenden todas las labores a la hora del té? —ella asintió con un ligero movimiento de cabeza—. Son casi las cuatro. Qué le parece si descansamos unos momentos y después, mientras el señor Taylor y yo damos una vuelta por las oficinas, usted mecanografía sus notas. Creo que ahora merecemos un receso, ¿está bien?
—Sí, señor—respondió ceremoniosa.
Si, señor Bieber. No, señor Bieber. Oh, gracias, señor Bieber. Toda la tarde lo trató con diplomacia y frialdad. Mientras esperaba que hirviera el agua, ______ se fijó en su reloj. ¡Hora y media para que sonara el timbre que daba por concluido otro día de labores! Y así tuviese que pasar por encima del señor Bieber, esa tarde sería la primera en salir de la empresa,
Entró en la oficina con la bandeja del té y salió sin hacer caso a los ojos suplicantes de Bill. Tendría que arreglárselas solo, pues ella tenía mucho trabajo.
Aún seguía trabajando, sus dedos volaban sobre las teclas de la máquina, cuando se abrió la puerta de la oficina y salieron los dos hombres.
—Cuando regresemos ya te habrás ido —dijo Bill, como si dudara que ella fuese capaz de dejarlo solo en ese trance—. Hasta mañana, ______.
—Hasta mañana, señor Taylor—se despidió sin suspender su trabajo. Los dos hombres salieron y cerraron la puerta. Ella se sintió relajada. ¡Por fin se había ido Bieber! ¡Hurra!.
Aún no terminaba de transcribir las notas cuando sonó el timbre de salida. Mañana será otro día; por ahora ya fue suficiente, se dijo.
— ¿No te dije que tiene más mujeres que un jeque?—gritó Cynthia cuando ______ atravesó por el conmutador—.Es estupendo, ¿verdad? Es tan...
—Ya me di cuenta, gracias-—respondió ______ cortante. ¡Claro que lo sabía! Era un hombre abominable, sin sentimientos e impenetrable. ¡Qué desfachatez! ¡Quería que pospusiera su boda en beneficio de Bieber Italia!
Si alguien lo examinase por dentro seguramente descubriría que estaba hecho de frío metal en vez de carne y hueso. Ese pensamiento la hizo recordar el cinismo y la lascivia con que la examinó.
Se preguntó cómo un hombre tan brutal podía tener un padre todo bondad y dulzura como Vincenzo Bieber. Llegó a su casa con esa pregunta en la cabeza.
—______, te llamó Chris —anunció su madre al recibirla—.No podrá venir esta noche, dijo algo acerca de una entrevista.
— ¿A las siete y medía?—______ se sorprendió. Se dirigió a la cocina, contenta de poder tener esa velada libre para lavar su cabello, para leer y para aclarar sus pensamientos.
—Es una entrevista con... con...—mientras su madre buscaba algo en el refrigerador intentaba recordar el nombre. Con el corazón palpitante, ______ preguntó.
— ¿Con el señor Bieber?
— ¡Eso es! Bieber Italia. Cielos, esa entrevista es muy importante para Chris. No dejes de contarme lo que suceda.
—Por supuesto —contestó ______ sin prisa. Estaba segura de que lo que sucediera no sería algo bueno. Tal vez reemplazarían a Chris. ¡Y ella le dijo a Cynthia que no había de qué preocuparse!
Quizá la víspera de la boda ella y Chris estarían buscando trabajo. ¡En ese preciso momento debía estarse decidiendo su futuro! Para que Chris cancelara su cita con ella debió haber recibido una orden directa. A lo mejor en ese momento se encontraba en una de las oficinas, sintiéndose tan miserable como ella sé sintió. Tenía la certeza de que la llamaría en cuanto terminara la entrevista, así que esperaría.
Chris no llamó y el teléfono de su piso sonaba insistente sin recibir respuesta. A las once ______ se dio por vencida y se fue a la cama imaginando que tal vez su novio había decidido emborracharse y esperar al día siguiente para comunicarle que ya no tenía empleo.

Un MomentoJB&TU (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora