Fuera de control, se lanzó contra él con las manos en alto.
— ¡Bestia engreída! Eres odioso, arrogante, imposible...
El alcanzó a detenerla por las muñecas; no ocultaba su satisfacción mientras ella luchaba por liberarse. El cabello cubría el rostro de ______ y tenía los ojos nublados por la ira. Justin le sujetó los brazos detrás de la espalda, lo que la obligó a acercarse más.
—Usaste a tu antiguo enamorado como excusa para evadirme en el pasado, pero ahora ya no funcionará —su tono era triunfal—. Ni lo amas, ni te casarás con él. Lo acabo de escuchar. ¿Qué excusa piensas utilizar ahora, mi pequeña leona?
— ¡No necesito excusas! —gritó; sus ojos echaban lumbre—. ¡Te odio!
— ¿Estás segura? —la soltó y la observó—. ¿Cuánto?
—Mucho más de lo que te imaginas —respondió ofendida, pero algo más tranquila—. Es una pena que no supiera que estabas husmeando por aquí. De haberlo sabido, habría preparado una agradable escena de amor para recibirte; ¡Chris estaba más que deseoso!
Su agresión no lo enervó como esperaba. Simplemente la miró con frialdad; ya no había burla en sus ojos.
—Si hubiera encontrado eso —su voz era dura—, tu amigo no estaría en este momento de regreso al lugar que abandonó por seguir un capricho egoísta. Te aseguro que aún estaría aquí, incapacitado para trabajar durante varios meses. ¡Nadie te tocará! Sólo porque conozco el carácter de Toni sigue ileso, y su pronta y sensible retirada corroboró su buen juicio. Si alguien se atreve a tocarte, ¡no lo olvidará por el resto de su vida!
Lo examinó un segundo, estaba blanco. Un frío intenso corrió por la espalda de ______, como si fuera la primera vez que lo viera,
—Me haces sentir como si yo fuera la propiedad de un bandido —susurró.
—Piensa lo que gustes—le advirtió seguro—. Te deseo y no permitiré que haya rivales. Nadie podrá alejarte de mi lado y, si así fuera, te seguiría y te obligaría a regresar.
— ¿Cómo puedes hablar así? —se quejó alterada—. Tú eres consciente de la realidad que nos rodea. ¿Crees que puedo ignorar a la mujer de tu vida? ¡Te comportas como si Stefanie Veccettí no existiera!
— ¡Ella nada tiene que ver con lo que nosotros sentimos! —la increpó impaciente—. Tú y yo compartimos el mismo juego. Yo podría reconocerte entre una multitud. Lo nuestro es inevitable, está escrito en las estrellas, es innegable. ¡Mírame y atrévete a negarlo, ______!
Temblorosa, ______ le volvió la espalda. Aún sentía ese frío que le corría por su cuerpo. Se frotó las muñecas lastimadas por la presión que Justin ejerció en ellas.
—En ocasiones... algunas veces —murmuró—, creo que sería capaz de matarte. Me hieres mucho.
—Lo sé —se acercó, le pasó una mano por la cintura, la atrajo y hundió el rostro en el cabello rojizo—. Eso es parte de este sentimiento violento que sentimos el uno por el otro. Aunque algo nos separe, instintivamente nos buscamos, pues no podemos evitarlo. Desde el primer momento en que nos encontramos el deseo nos hizo sus esclavos.
Su mano libre se introdujo por el escote del vestido con una incontrolable necesidad. Apartó el sostén y presionó los senos casi con salvaje placer.
— ¡Justin! ¡No! -—incapaz de moverse, no pudo evadir esos dedos.
Su ahogado gemido fue ignorado; él continuó como si no escuchara. Siguió explorando sus senos y murmurando su placer contra el brillante cabello.
—Así es como haremos el amor —su voz era ronca, acariciante—, con un deseo febril hasta casi destrozamos. Esa necesidad de poseemos siempre ha estado allí, esperando. Somos como dos enemigos pasionales.
Ella lo miró anhelante; temía descubrir en sus ojos la misma angustia que descubría en su voz. Justin movió las manos y tomándola por los hombros, la besó salvajemente.
— ¡Me lastimas, Justin! —intentó alejarlo, su pasión la atemorizaba.
Él alivió un poco la presión y ardiente la besó en las mejillas.
—Me trastornas, haces que pierda el sentido de la realidad, que no pueda dirigir mi propio destino —musitó él—. Sólo te veo a ti, sólo puedo pensar en ti, nada más importa —deslizó las manos hasta la cremallera del vestido, sus labios acariciaban la delicada boca femenina y ella gimió alarmada—. Sólo estamos empezando otra vez a donde nos quedamos —le advirtió y dejó caer el vestido al suelo.
El cuerpo de ______ empezó a arder con el mismo fuego que animaba a Justin y se pegó a él. Echó la cabeza atrás en tanto la boca masculina se movía ansiosa por la aterciopelada piel del cuello. Justin le desabrochó el sostén y le clavó los dientes en el hombro casi hasta hacerla gritar de dolor.
Cautelosa, como si experimentara algo, ______ le acarició la mejilla y acercó los labios al fuerte mentón. Él la apretó más fuerte.
—Tócame —pidió él en voz baja—. Confiesa que me deseas tanto como yo a ti. Permite que el fuego te consuma, ______.
La joven se sintió complacida al descubrir el poder que ejercía sobre él, un poder que él acababa de confesar. Ella sentía lo mismo, como si cualquier camino que tomara la condujera a Justin, como si estuviese atrapada y la única salida fuese a través de él. Quiso dejar de sentirse una víctima y convertirse en una participante ansiosa, por eso introdujo las manos bajo su suéter, dejando que los instintos guiaran sus movimientos hasta tocar la suave y musculosa espalda.
—No te detengas —gimió—.No te detengas jamás, ______. ¡Me parece haber esperado toda una vida!
Como si ese contacto hubiese liberado todo el fuego que los consumía, sus labios se unieron en un beso frenético, sus cuerpos se pegaron con fiereza y explosiva pasión. ______ le quitó el suéter con desesperación y lo dejó sobre la alfombra en tanto sus bocas se negaban a separarse.
Las manos de Justin se movieron con habilidad y el sostén cayó sobre el suéter. Siguió tocándola con ardor hasta que la sumió en un enloquecedor placer que la hizo olvidarse del tiempo. Sólo importaban ellos dos.
— ¿Cuánto tiempo más piensas que puedo seguir sin hacerte mía? —le preguntó al separar los labios para aspirar y la tomó por las caderas. Sus ojos estaban encendidos, tenía el rostro desencajado y las pupilas perdidas en la eternidad.
Ella se abrazó más fuerte, gimiendo con suavidad mientras con la lengua hacía trazos caprichosos en el vello del bronceado torso. Él la tiró de los cabellos, forzándola a mirarlo de frente.
—Me estás torturando —se quejó la chica.
— ¡Me conviertes en un ser primitivo! —la levantó en brazos y la llevó al dormitorio. ______ le pasó los brazos alrededor del cuello y le cubrió el rostro con besos ardientes.
La depositó sobre la cama y la observó un segundo. Ella lo atrajo con fiereza y Justin alargó una manó y le acarició la pierna mientras su boca jugueteaba con los senos y ella lo abrazaba con fuerza, transmitiéndole su pasión, su intenso amor.
— ¡______! —gimió—. Eres como una llama. ¡Como el fuego, incontrolable! —siguió devorándola con los labios y ella se aferró a Justin con la firme determinación de no dejarlo ir, sabiendo que sin él su vida nada significaba. Por alguna razón mágica, por algún misterio inexplicable había encontrado a su hombre, al único que podría encenderla así y lo amaba con desesperación.
El levantó la cabeza y la miró fijamente mientras su mano quitaba el último velo que cubría la esbelta figura y ______ cerró los ojos, aceptando, sabiendo que le pertenecería hasta el final de sus días.
Pero de pronto Justin se quedó inmóvil, el fuego desapareció de sus dedos y ella sintió frío, angustia. Sin abrir los ojos supo que él se apartaría, que ya no la deseaba.
Abrió los ojos y lo vio mirándola con una expresión que ______ comprendió. El rodó hacia un lado y se quedó inmóvil dándole la espalda.
— ¡Justin! —exclamó angustiada. La pasión masculina se había esfumado con la misma facilidad con que había llegado. Quizá se debía a la necesidad que ella demostró por pertenecerle, o tal vez su falta de experiencia lo decepcionó al punto de dejarlo pensativo y distante, o era posible que al recordar a la Princesa Veccetti Justin hubiese llegado a la conclusión de que no valía la pena correr el riesgo de una relación fugaz.
Ella se acostó boca abajo, hundió la cabeza en la almohada y sollozó.
— ¡______! —se le acercó de inmediato, ella quiso apartarse, pero Justin la abrazó muy fuerte y la consoló.
— ¿Ahora, qué... qué es lo que hice? —preguntó la chica. Tenía el rostro bañado en lágrimas.
—Nada —la tranquilizó. Besó sus mejillas empapadas con una ternura desconocida para ella, como si fuese una niña. Justin se alejó y regresó con una bata. La envolvió y de nuevo la acurrucó. entre sus brazos—. Nada hiciste, ______ —repitió tranquilizador—. Soy yo. De pronto, te vi. Te vi, creo, por primera vez. Sabía que te iba a herir, por eso no puedo hacerte el amor. Debo irme—declaró—. Te dejo sintiéndote infeliz y herida, sola y perdida, pero no puedo evitarlo, debo irme. Hay demasiado fuego entre nosotros y no debo quedarme. No me siento capaz de consolarte y si me quedo no podría responder de mis actos —la observó por largo rato y depositó un beso en los temblorosos labios femeninos—. Perdóname, cara —sincero, le rogó. Después se alejó. Pasaron unos segundos y ______ escuchó la puerta que se cerraba.
"De pronto, te vi por primera vez". Sí, y seguramente se dio cuenta de que ella no era Stefanie Veccetti, tan sólo descubrió a ______ Gordon, la empleada de su importante empresa. Volvió a ocultar la cabeza en la almohada y lloró desconsolada.
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Un MomentoJB&TU (Terminada)
FanfictionHOLAA ANUEVA NOVELA SI LA VAS A LEER AL MENOS VOTALA