𝐄𝐥 𝐓𝐫í𝐨 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚 || Shoto Todoroki & Katsuki Bakugou

Ambos

Tus zapatos de dormir frotaban contra el suelo con cada paso que dabas. Su suela causando cierta molestia al oído de Bakugou, pues la fricción del sonido lo incomodaba. Cosquillas atravesaban sus orejas gracias al ruido, por ende dándole escalofríos.

El chico arrugó la nariz y alejó su mirada de ti, buscando deshacerse del malestar.

—Si tanto te molestan mis pantunflas, entonces deja de seguirme. —musitaste, encogiéndote de hombros. Bakugou resopló.

—El sonido es molesto, como tú. No es que no esté acostumbrado. —le restó importancia. Un tono agresivo se oía desde la parte trasera de su garganta. Continuaba molesto, pero estaba consciente de que gritando no obtendría nada deseado.

Rodaste los ojos.

—¿Estás seguro que soy la única molesta aquí?

—Mhm. —tarareó en respuesta, limitándose para evitar más complicaciones.

Parpadeaste, incrédula. —¿Estás seguro? Te recuerdo que eres el mismo estúpido que me tiró al piso hace un minuto.

Bakugou apretó la mandíbula. La fina recta que delinea su rostro resaltó.

El rubio rezaba porque lo olvidases.

—¿Cómo creías que se me iba a olvidar, Bakugou? ¡Tenía el culo sobre el piso hace menos de cinco minutos!—te volteaste hacia él, quejándote. El otro frunció el ceño.

—¿¡Me leíste la mente, Megamente chismosa?!

—¡No a propósito! Tu voz mental es muy fuerte y, similar a la de Midoriya, nunca se calla. —te defendiste. El ceño fruncido del chico se acentuó.

Las tres pizcas de paciencia en su interior se transformaron en una caliente flama.

—¡NO ME COMPARES CON EL NERD, ESCORIA!—exclamó, sus ojos brillando en ira. Sonreíste de lado.

—Agradece que te comparo con una persona tan genial como él, por favor. —quisiste reír al ver el incremento en su enojo. —Pocos merecen un elogio tan bueno como el de ser relacionados con Midoriya. O, bueno- en tu caso es más como "contrastar" que comparar, pero sí me entiendes.

A Bakugou siempre le asombró tu habilidad para tolerar su mal hablada boca.

—No, no te entiendo. —masculló la mentira, apretando las manos en puños.

Su orgullo lo limitaba, y obligaba a odiar cada comentario hecho sobre su amigo de la infancia. Tenía por hecho que no lo decías con mala intención, puesto que tienes razón en hablar positivamente sobre Deku. Sin embargo, estos arranques lo acechan en automático. Simplemente... ocurren.

Un "Sí, sí me entiendes." tuyo resonó a la lejanía. El rubio quedó atrapado entre una jungla de pensamientos, y dejó de prestarte atención.

Bakugou quiere cambiar.

Y diciéndote su verdad le ayudará a impulsar este deseado cambio.

—Por acá, niña rica. Vamos a mi cuarto. —ordenó de la manera más tranquila posible. Finalmente notó que se acercaban a su habitación, y si no te decía nada, seguro te irías por tu cuenta a algún otro lado.

—¿O qué si no voy contigo?—te cruzaste de brazos. Un "reflejo" que lo llevó a empujarte no lo perdonarías tan fácilmente.

De igual manera, dudas crecían dentro de tu mente.

¿Qué ocurre con él? ¿Por qué actúa así tan de repente? Ya te lastimó hace un momento, ¿qué pasará si lo hace de nuevo?

—Te vuelvo a tirar. —habló, haciendo lo contrario a lo que tus inseguridades necesitaban.