Capítulo dos: hay que huir

48 10 8
                                    

Sentía que mi corazón quería salir de su caja torácica, tenía un miedo profundo a salir, a contarle a alguien lo que ví .

—¿Que carajo? Terri—Abraham estaba igual que yo, el trataba de controlar su respiración, estaba agitado y asustado.

—Por favor, no me preguntes, estoy igual que tú— tomé una pausa para volver a respirar— Abraham tenemos que salir todos de aquí, ahora.

Nelson apareció a nuestro lado.

—¿Y ... Que paso con ustedes ?—tomo una pausa —Terri creo que tú mamá te matara.

Ignore las palabras de Nelson, estaba buscando cualquier forma de salir seguros, y decidí tomar acción. Me levanté rápido y pase por un lado del chico moreno, para adentrarme a la sala .

—¿Terri pasó algo allá fuera?—pregunto Mónica.

—¡Tenemos que irnos !—trate de controlar mi miedo, no quería que nada se saliera de control, pero lo dije con un tono serio y demandante .

—¡Terri !—mi madre alzó la voz —pero que te crees—dijo molesta— te pedí algo.

Pase por su lado. Después tendrían tiempo para explicar. Entre a la habitación de mi hermano y lo saqué— Escúchame Steve, debemos irnos ahora.

Mi hermano solo tenía nueve años así que era fácil para mí controlarlo.

—¡Terri explícame que te pasa !—soltó muy molesta mi madre.

No le grite, solo alce un poco mi voz, no podía dejar de actuar con seriedad, si lo hacía estaba segura que me congelaría en el miedo.

—¿Sabes los gritos que se escuchan? Mamá no entiendo que pasa, no se mucho, lo que se es que hay horrendas cosas que nos van a matar si seguimos aquí— tomé una pausa para controlar mi respiración—mamá— empecé a hablar más calmada— tenemos que irnos ahora.

—Terri. ¿como voy a creer algo así?— dijo más molesta y está vez el que habló fue Abraham .

—¡Cristina, por favor, ¿Cómo vamos nosostros a inventar algo así ?!— había gritado mi amigo .

Esta vez todos nos creyeron.

—Ronald , por favor—Pase a Steve con el— cuida bien a mi hermano— el chico a mi lado asintió.

Busque mi bate en mi cuarto y le di la escoba a Abraham, todos agarramos algo a exepción de Ronald que sería yo quien cuidara su espalda.

Fuimos directo a la puerta y quién la abrió fue mamá. Me paralice al instante en la que ví a una de esas cosas en la entrada de mi casa, un momento fue una eternidad, no escuchaba nada todo se veía tan lento pero realmente paso tan rápido. Esa cosa estaba apunto de caer sobre mamá y yo solo podía sentir el miedo de perderla a ella, alguien tan importante, alguien tan necesaria en mi vida, solo escuchaba mi respiración y sentía tanto terror. Fue cuando me di cuenta que el miedo me gano, nadie se movió, una cosa era verla de lejos y otra muy diferente a tenerla a solo dos pasos.

No me quedo más que reaccionar rápido, no podía quedarme a pensar, no tenía el derecho de congelar me en el miedo o así me lo hice creer, aparte a mis amigos para estar al frente de esa horrenda cosa y con un solo golpe en lo que parecía su cabeza lo pude mover del camino, no lo mate, no le hice nada aunque el golpe fuera fuerte, no le hice daño, solo lo aparte, y fue suficiente, no quería quedarme a hacerle nada solo quería huir, todos salieron del shock y empezamos a correr.

¿habrá un mañana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora