Capítulo tres: Winstell

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Solo nos faltaba una calle y yo sentía mi pecho arder.

Quería pensar en algo más, cualquier cosa para no dejar de correr, pero cuando pensaba en mi familia o que posiblemente envié a mis amigos algo aún más peligroso me atormentaba.

Estábamos a poco para llegar a la puerta y detuvimos el paso, Debíamos saber si había alguien ahí.

Cada uno se preparó para el peor escenario posible. Con nuestras cosas en mano, entramos.

En mi mente se hicieron millones de formas en cómo podían atacarnos, matarnos, devorarnos y cómo podían robar nuestra apariencia, pero no fue así, el lugar estaba deshabitado.

Entramos. Aún no dejábamos de pensar que algo saldría a atacarnos en cualquier momento. Seguimos caminando hasta llegar a la oficina en dónde la gente tenía el hábito de anotarse para asistir a sus cursos.

Pero estaba al igual que la entrada; sin nadie, solo un montón de papeles en el suelo. Me puse de rodillas para ver qué eran esos papeles, y era lo que claramente pensaba. Cada una de las personas que venían acá estaban anotadas .

—Terri , mira— había dicho Nelson quien llamo toda mi atención al enseñarme una pequeña radio que tenía en sus manos.

—¿Sabes cómo funciona, no?—pregunto Mónica enarcando una ceja.

En el rostro de mi amigo se formó una pequeña sonrisa burlona.

— Claro que se —dió una pausa— Terri, ¿Crees que esto de alguna noticia?

Ya entendía que era lo que Nelson quería. No estaba exactamente segura si funcionaria, pero la mínima posibilidad de hallar respuestas o escapar con vida  la tomaría.

— Tendríamos que probar— Dije al fin.

Con eso Nelson encendió la radio y empezó a probar cada canal. Pasaron aproximadamente 6 minutos cuando hallamos algo, una pequeña señal .

En nuestras caras se dibujo una sonrisa.

—Déjalo ahí, escuchemos.

El sonido que emitía no era muy fuerte así que todos tuvimos que callar.

Se escuchaba una pequeña canción de fondo, hasta que alguien hablo.

Toda la capital está infectada de bestias, están evacuando a todos los que pueden .

Mi corazón se detuvo, que viniera alguien hasta aquí para ayudarnos no era creíble, mientras más escuchaba la radio, más cansada me sentía. Si la capital estaba así que pasaría con nosotros que somos otro simple estado, mayormente siempre se preocupaban por la capital y hasta ahora todo lo que escucho es que allá ya no hay manera de sobrevivir así que solo les queda salvar a los pocos.

Hacemos lo posible por llegar más rápido a los estados a su alrededor .

hasta ahora diremos los estados que hemos recorrido .

Con esa última oración, dejo dos cosas en mi cabeza. La primera: tenía la esperanza de que llegaran por nosotros.
La segunda :Que ya hubieran recorrido este lugar y nos hubieran dejado atrás .

¿habrá un mañana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora