Suspire de manera pesada, «vale»
No sabía que hacer, no sabía que pasaría ahora, no sabía un carajo.
Ahora tenía que liderar a estas personas, y mantenerlos con vida a todos.
Ya los chicos se habían separado de mi, y yo decidí ver cómo era todo este lugar.
Subí con Mónica al segundo piso, en dónde almacenaban todo, aquí había un balcón grande en dónde se veía la ciudad de lejos, el campo y la parte delantera de este lugar.
Ya tenían muchas cosas en el segundo piso; comida, una que otra prenda de ropa, y objetos. Cerca de las escaleras estaba un baño grande, con muchas duchas.
En el primer piso, Ronald y Will me explicaron que cómo esto sería un centro para refugiar personas de la calle antes, ya habían suficientes camas y una pequeña cocina con sus utensilios, agua potable y energía.
Por ahora todo se veía bien, teníamos lo necesario para sobrevivir por un buen tiempo.
Detrás de esta gran construcción, había un campo, con un árbol pequeño, desde que llegamos Emilia se la había pasado ahí.
Aunque pareciera que este lugar estaba perfecto y casi listo por haber terminado, faltaban uno que otro detalle, pero para nosotros estaba bien.
A mi lado Mónica suspiro.
— tengo hambre— soltó sin más.
una pequeña risita salió de mis labios.
— Ya viste que empezaron a cocinar desde hace poco, espera más.
— Bien,— me dió una sonrisa— ya quiero comer; pan o sopa.
Eso era lo que habíamos ingerido desde el día anterior, y no me quejaba, habíamos cambiado nuestra dieta a una mejor.
Bajamos, y mi madre repartía junto a otras mujeres mayores la sopa de verduras.
Llegué hasta su lado y nos entrego un plato a mi amiga y a mi.
Caminamos hasta la pequeña mesa que se encontraba cerca de la cocina y nos sentamos ahí.
Hasta ahora, Mónica era a la única persona que le había contado que me encargaría de todo este desastre.
Después de comer la sopa ambas nos separamos, quería ver qué había en el tercer piso, ya que nadie me lo había mencionado, pero antes de eso quise bañarme.
Solo era un cuarto de baño, eso significaba, que debíamos hacer un horario de quién se podía meter y a que tiempo, para respetar la privacidad de todos.
—¡Hey!— aún estaba en el primer piso, así que me tope con varios de mis amigos— Isabella.—Ella giro a verme— necesito que me hagas un favor...
Se cruzó de brazos, tenía sus lentes y debajo de estos estaba su típica mirada geladica, parecía que estuviera molesta
— Dime...
Yo asentí y hablé.
— Quisiera que acomodarás varios horarios,— ella frunció el ceño y explique mejor— a qué hora los chicos deberían estar en el baño, y a qué hora las chicas, también quisiera que hubiera más orden a la hora de comer y ...
Ella me interrumpió.
— más despacio— me tomó del brazo y me llevo hasta la cocina, cuando estuvimos ahí ella tomó lápiz y papel— vale, baño, hora de comer ¿Algo más?
— Y más cuidado de quién busca algo en el almacén, son muchas cosas y personas todo es un desastre siempre— ella anotó eso último— le diré a Ronald que también se encargue de eso.