Sentí que alguien me removía de mi lugar.
— No me quiero levantar— no quería abrir mis ojos.
— ¿Terri que haces ahí?— la voz de mi mejor amigo me despertó.
Vi sus ojos verdes llenos de preocupación.
— ¿Qué hora es?— dije al notar la luz del sol por la ventana.
—Creo que son las 6— como pude me levanté, un leve dolor paso por mi espalda.
Vi que los colchones inflabes estaban en su lugar.
— ¿Y los demás?
— Ya están abajo desayunando— yo asentí y el siguió hablando— ¿Dormiste ahí toda la noche?
Negué.
— No pude dormir Abraham— «el miedo no me lo permitió».
No me pidió ninguna explicación, solo asintió y bajamos a desayunar, todos se me quedaron mirando.
—¿Que? — dije de mala manera al ver que nadie hablaba.
Nadie dijo nada y eso me desespero un poco, me senté molesta en una de las sillas, una que otra vez mis amigos dejaban sus ojos en mi, cosa que poco a poco me empezó a incomodar.
—¿No dirán nada? — los mire cansada— ¿Pasó algo?— «¿Porque tanto misterio?» todo me estaba agotando.
— No— Isabella hablo mientras se fijaba en su comida— Lo que pasó es que está mañana te vimos dormida en el suelo— todos teníamos nuestras miradas en ella— y nos preguntamos ¿Porque estabas ahí? Íbamos a despertarte para saber que te ocurrió— miró a Abraham— pero el, nos dijo que no, que el lo haría.
Fruncí mi ceño— ¿Por eso?
Ella asintió.
— queremos saber cómo estás, pero nadie se atreve a decirlo— sus ojos azules se encontraron con los míos—¿Cómo estás?—Ella tenía esa característica de tener una mirada fría y fulminante.
Yo pase una de mis manos por mi frente.
— Estoy bien — dije con simpleza— Pensé que algo malo había ocurrido— solté un suspiro y mi preocupación se fue.
Después de haber comido todo, Mónica hablo.
— ¿Si entrenaremos?— yo asentí decidida.
— Si, pero primero debemos acomodar todo lo que nos estorbe— Abraham siguió por mi, y todos se levantarán.
Caminamos hasta las escaleras, y Nelson, Jack y Abraham corrieron hasta arriba, mientras que nosotras nos tomamos nuestro tiempo para subir.
—¿Cómo llegaste al suelo?— pregunto Nicol, ella estaba a mi lado.
Negué.
— No pude dormir por una pesadilla así que me pase al suelo— me sentía tonta. Emilia se pasó a mi otro lado y apoyo una de sus manos en mi hombro, antes de que dijera algo, hablé— No te preocupes ahora estoy bien— tomé una pausa y ella seguía viéndome— no fue nada del otro mundo.
Ella asintió y Isabella hablo.
— ¿Soñaste con esas cosas?— yo asentí— Son aliens, creo que sí es algo del otro mundo.
Mónica soltó una pequeña risita.
— ¿Que ironía no?— sus ojos pasaron de mi hasta Isa— y a tu chiste le falto una pizca de humor— dijo sutilmente.
Isabella, quien tenía sus lentes en su cabello corto, presionó con sus dedos sus ojos suavemente y luego los aparto. antes de hablar soltó un pequeño suspiro.