Capítulo seis: ¿Dónde están todos?

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Mi cabello aún estaba mojado, las gotas de agua caían en mis hombros y en el suelo.

El sonido de la bala y un grito hizo que reaccionara, abrí mis ojos y le había dado a la cosa esa, ahora estaba en el suelo y aún se movía.

El miedo volvió a tomarme y con eso empeze a dejar balas sobre la criatura

—¡Abraham!— dijo Nelson tratando de acercarse a mi, pero yo no lo escuché

No sentía mi cuerpo, y realmente no pensaba mucho, mi objetivo ahora era esa cosa y no dejaría que se fuera sin hacerle daño.

Sentí unas manos sobre mis hombros que siguieron hasta mi mano, la cual sostenía el arma.


Fruncí el ceño y ví a Terri.

—es suficiente—dijo en voz baja para que solo yo escuchará.

TERRI SMITH

Ver a Abraham de esa forma, hallo varias emociones en mi, su forma de reaccionar me sorprendió y su dolor lo contagio conmigo.

Realmente no lo entendería por completo, el vio a alguien que amaba sin vida, y yo tenía a mis amigos y familias seguros «Eso aún está en proceso» me corregí a mi misma.

Le quite el arma.

— Es suficiente— trate de decir de una forma autoritaria, pero salió más sutil de lo que desee.

Su ceño estaba fruncido, por un momento miró a su alrededor, y sus ojos cayeron en el «marciano» que aún estaba en el suelo.

—Yo...— Trato de justificarse, pero no lo deje.

— Tranquilo— mi voz era baja— No tienes por qué explicarme.

Sus ojos estaban enrojecidos, el asintió levemente y Nelson llegó a su lado, empezaron a hablar y yo me fijé en la entrada del baño.

Sin dudar, revise si en el revolver quedaría alguna bala, y solo encontré una.

Apreté mi mandíbula con fuerza y camine en dónde se encontraba el «alien», mi corazón empezó a latir más rápido con cada paso que daba, si esa cosa estaba aún viva seria muy peligroso para todos los que estuviéramos aquí, y yo debería protegerlos con una sola bala.

Empecé a dudar de mi juicio cuando solo me faltaban dos pasos para estar a su lado, «¿Y si le disparó ya?»

—Solo para verificar—susurré para mí.

Llegué junto a ella y con mi pie trate de mover su cuerpo baboso, ví que poco a poco ese color azul marino iba cambiando a un celeste, pequeños hilos debajo de esa piel empezaban a verse y solo pude deducir que estaba muriendo.

Me acerque un poco más y dejé el arma a un lado, al tocar la piel de esta cosa mis manos resbalaron y en mi rostro se cruzó una mueca de asco.

Me volví acerca y mis dedos se encajaron en su piel, con fuerza la moví, para ver cómo era su "rostro".

Revise lo que yo creía que era su cuello, y sus dientes sobresalían de ese lugar, eran de un color amarillento, largos y estos estaban limpios de algún tipo líquido, dí un vistazo a lo que parecía su cara y en este no habían ojos, solo una nariz deforme.

¿habrá un mañana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora