» Cuatro

1.6K 59 7
                                    


Listo, lo había dicho. Laura me veía con una sonrisa, yo estaba luchando por que mis nervios no me traicionaran en esta llamada. Ciertamente mi lado consiente me decía que era una estupidez, que no debería estar haciendo esto. Pero bueno, como siempre hay un lado inconsciente que me dice todo lo contrario, ese inconsciente pareciera ser Laura que apoyaba mi locura de mujer despechada.

         - tienes algún hotel cerca? ( escuche su risa del otro lado de la línea, maldita sea me estaba matando

     - supongo, estoy en el antro del centro de Sevilla, hay algunos cerca?

De nuevo estaba riendo pero no en tono de burla, aunque si lo hiciera no me molestaría ya que, yo estaba haciendo preguntas estúpidas.

          - si preciosa, hay uno ahí a veinte minutos. Ya salgo para allá, esperame en la recepción cerca del elevador.

        - perfecto, hasta en unos minutos

- hasta en unos minutos.

La llamada término, yo guarde mi celular y camine hasta Laura. Ella me miro esperando que le dijera algo

— me dijo que en el hotel que queda a veinte minutos de aquí, ¿ me llevas? — dije algo preocupada, no podía creer que estaba haciendo locuras de adolescentes.

— que pregunta mujer, obvio que te llevó. Anda sube, por cierto el es David —

Lo salude con la mano y los tres entramos al coche, el chico que sabía ahora se llamaba David, comenzo a conducir. En todo momento yo veía la hora y demonios, justo como aquel chico lo había dicho, de camino fueron veinte minutos.

Al estacionarnos frente a este mis nervios aumentaron, Laura me deseo suerte y me dijo que estaría bien, que ella conocía al chico y no haría nada que yo no quisiera. Le agradecí por el Consejo, malo o no ella estaba tratando de que no me hundiera en una depresión por estar sola.

Salí del auto, agradecí también a David y comencé a caminar. Entre por la puerta giratoria y observe el lugar, una de las recepcionistas esa noche me miro con una sonrisa pero mirada cansada.

— buenas noches, bienvenida. ¿ desea una habitación o busca a alguien? — pregunto, yo suspire y gire mi vista a la puerta, pero nadie venía.

— yo ehm, voy a esperar a alguien que no tarda en llegar — dije, ella asintió

— de acuerdo, hay una pequeña Sala de espera cerca de los ascensores. Que tenga linda noche — me sonrió y se fue a su puesto.

Yo camine hasta donde el me dijo, comencé a sentirme nerviosa por que no lo conocía, no sabía ni como era físicamente. Recibí un mensaje de el donde me decia que para asegurarse de que era yo, me diría la palabra clave.

Recuerdo la palabra que le dije así que, seguro se refería a ella. Le dije que de acuerdo, que ya estaba aquí y recibí respuesta inmediata de que el estaba a nada de llegar

Leer eso me hizo asustarme un poco, mis manos comenzaban a sudar y mi mente me decía que saliera de aquí, pero tenía que ser fuerte por una vez en mi vida.

Me dedique a ver el lugar con mi vista, unas pinturas decoraban cierta parte del lugar. Había un silencio que me ponía más nerviosa, entonces...

— ¿ estas libre esta noche? — susurraron a mis espaldas, muy cerca de mi oído y claro, su respiración chocó con mi cuello. Me estremeció.

Me voltee y entonces ahí estaba el, una sonrisa de lado se colaba en su boca. Mire al chico de una estatura no muy alta, aunque si me sacaba media cabeza o más en altura.

 ❧ Placer Culposo » Diego Lainez « Donde viven las historias. Descúbrelo ahora