» veintinueve

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❯  𝙹𝚊𝚍𝚎 ;


— ¿necesitas algo más? — pregunta mi novio en cuanto me siento sobre su cómodo sofá.

Hace un rato había salido del Hospital, pero Diego no dejó para nada que me fuera sola a mi departamento. Claramente tampoco quiso ir y dejarme allá, pues el prefería tenerme aquí vigilada.

— Solo saber cómo esta Algodón — me miro extrañado.

— ¿ algodón? — solté una risa.

— Bombón algodón, mi cachorro — explique.

— ¿ tu cachorro se llena Bombón algodón? — me miraba divertido.

— bueno, el tuyo se llama Creed — me defendí y me gane un ladrido del cachorro.

— Bien, llama a Julieta por que ella esta a cargo de Algodón — recalcó el nombre de mi mascota, yo rei.

Hice lo que me dijo, tome mi celular y llame a Julieta.

— hola Julieta, solo quería saber cómo esta mi bebé — pregunte en cuando tomó la llamada. — te lo agradezco mucho, ya lo extraño. — solté una risa. — de acuerdo, te la envió ahora entonces. — Diego se sentó a mi lado tratando de escuchar. — muy bien, hasta al rato.

Colgué la llamada y Diego me miraba con cara de " Cuéntame que te dijo " .

— Lo traerá en un rato, justo estoy enviándole la dirección — le informe

— bien, espero que se lleve muy bien con Creed — mire al cachorro que jugaba con su hueso de hule, solté una risa.

— de hecho son idénticos, algodón es igual a creed, osea la misma raza — Diego me miro sorprendido.

— bueno, serán hermanos entonces — asenti con una sonrisa.

Mi novio se acercó a sentarse al lado de mi, lo mire con ternura cuando recargo su cabeza sobre la mía y beso mi mejilla.

— no te lo había dicho, pero ante ayer cuando no respondias me sentí muy nervioso, preocupado de que te hubiera pasado algo grave y ve, no estaba tan mal después de todo. — susurro, yo entrelace nuestros dedos.

— lamento haberte asustado así, debi avisarte que no estaba muy bien para salir ese día y así no hacerte pasar por todo esto. — lo mire apenada 

— ¿ que es lo que sucedió como para que hayas hecho eso?, apenas en la mañana cuando te deje estabas muy bien. — suspire, de solo recordar aquella acalorada discusión con mi madre me sentía mareada.

— Fue una discusión con mi mamá, ella vino a Sevilla, Diego. — en cuanto me escucho hablar sobre eso, se enderezó en su lugar.

— ¿ que fue lo que sucedió? — hice una mueca — bueno, si no quieres hablar de eso lo entiendo amor, no quiero presionarte — asenti.

— te contaré, finalmente debe haber confianza entre tu y yo — me sonrió con ternura.

— me alegra que pienses así, por que hay cosas que yo también te quiero contar. — dijo y rápidamente habló de nuevo — pero ahora lo importante eres tú, cuéntame que sucedió amor.

Comencé a contarle a Diego lo que sucedió, lo que me había dicho y que lo que más me dolió, fue escucharla decir que yo no era más su hija.

Es que el haber visto a mi madre hablar así, me hizo sentir muy mal. Ya no había señales de aquella mujer amorosa que era antes, ahora parece ser fría y controladora con todo.

 ❧ Placer Culposo » Diego Lainez « Donde viven las historias. Descúbrelo ahora