» Trece

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❌ Contenido +18 , si lees es bajo tu cuidado ❌


❯ 𝘋𝘪𝘦𝘨𝘰 ;

Comenzamos a caminar hacia la habitación, ella estaba nerviosa, lo se por la manera en la que movía los dedos constantemente.

La mire de pies a cabeza, si, definitivamente la deseaba como nada en el mundo. Jamás había sentido tantas ganas de estar con alguien como lo estaba sintiendo con ella ahora, si hay algo de ella que me encanta es esa inocencia que aparenta, aunque bajo esa inocencia esconde muy bien una chica traviesa.

Abri la puerta ante su atenta mirada, entró ella primero y después entre yo. Sentí como ella me acorraló contra la puerta y comenzó a besarme con mucho desespero, no hice nada más que seguir ese beso lleno de pasión. Sentía como el calor estaba comenzando a invadir mi cuerpo.

Acaricien su cintura, ella no tardo en tomar el borde de mi playera y jalarla hacia arriba para deshacerse de ella. La ayude con eso, ahora sus manos traviesas jugaban con mi abdomen, dando caricias ahí hasta llegar al borde de mi pantalón.

Tal parece que se siente con muchas ganas de jugar ya, no mentire, yo también las tengo. Fue mucho tiempo pensando en ella, en lo que se sentiría tenerla en mis sabanas nuevamente. Tenerla bajo de mi, arriba de mi, Simplemente tenerla para mi de todas las maneras.

Esta chica se estaba volviendo en mi obsesión, mi gusto mayor, mi placer culposo por que era a escondidas del mundo.

Mis manos viajaron al borde de su vestido, busque el cierre de este que estaba al costado derecho. Jale el cierre y poco a poco el vestido se fue despegando de su cuerpo, ahora ella estaba con solo su ropa interior por que la tela se había escurrido hacia abajo.

Mordi mi labio, ella se deshizo de sus tacones y me siguió besando. La guíe hasta la cama y ella quedó debajo de mi, no tarde en besar su cuello escuchando como sus jadeos se hacían presente . Mordi la suave piel de su cuello, ella solo me sostenía por el cabello y mis manos iban bajando por todo su cuerpo.

Lleve mis dedos a su parte íntima, comencé a jugar con ella y enseguida un gemido se hizo presente. Sonreí satisfecho, pero iba enserio lo de hacerla gritar mi nombre.

Me levante y empece a quitar mi pantalón, todo mientras me deshacía de mis zapatos. Ella me observaba con una pequeña risita en su rostro, mire como sus ojos se ponían Chinitos cuando lo hacia . Me quité lo que estorbsba, en este caso calcetines y pantalón, quedando solamente con la tela de mis bóxers.

La mire de vuelta y ahora se estaba quitando el sostén, mordi mi labio al ver su par de gemelas erizadas por el calor que ahora invadía toda la habitación. Una vez más me acerque a besar sus labios con desesperó, ella me correspondió sin pensarlo dos veces. Agradecía el bendito día que Laura me metió en esta locura.

Comencé a bajar mis besos por su cuerpo, amaba el sabor que este tenía y me ponía duro con solo aspirarlo. Ella tenía los ojos cerrados, sonreí al saber que todo el placer que estaba sintiendo era provocado por mi.

Mis manos fueron a su ropa interior, era un lindo hilo dental con encaje pero ahora, me apetecía verla expuesta solo para mi. Y así fue, ella inmediatamente abrió las piernas cuando acerque mi boca a su feminidad, soltó un gemido cuando introduci mi lengua en su parte íntima. A algunas personas no les agradaba el sexo oral, pero a mi me encantaba por que sabía que probar con mi lengua sus jugos femeninos, era algo que a ella le gustaba. Y a nosotros los hombres nos gusta cuando gimen sin control, cuando piden más de nuestra lengua y sobre todo, disfrutar el placer de ser nosotros que las hagamos mojarse a tal grado de perder la cordura

 ❧ Placer Culposo » Diego Lainez « Donde viven las historias. Descúbrelo ahora