capitulo 6 - llegar

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Harry

Su nariz se sintió agradecida cuando sintió el ligero olor a chocolate.

Un frío recorrió toda su espalda cuando sintió la textura de su cama un poco más dura y áspera debido a que esas colchas eran hecha a mano con pieles y lana de oveja.

Una sonrisa nació en su rostro, permientiendo ver esos tan adorados hoyuelos. Se dejó llevar abriendo los ojos lentamente como si apenas estuviera despertando de una siesta.

El sol entraba por su pequeña ventana, la cual era redonda y que justo cuando el sol daba las 6 de la tarde reflejaba directamente a la pared en donde un dibujo con un símbolo de su familia descansaba.

Se escucharon pasos en el primer piso, algunos platos también. Y ese olor, tan delicioso.

Caminó a pasos lentos como si quisiera guardar en su memoria cada espacio a su al rededor, y cada sensación sobre su piel, las colchas, las paredes, los objetos, todo.

Su casa era de madera y se podía escuchar cada paso que dabas, a Harry eso le parecía muy relajante, sentir la presencia de las personas allí, escuchar las puertas rechinar de vez en cuando o algún objeto rodar por el suelo porque se escapó de las manos de una de sus madres.

—B-uenos días—habló tímido.

A Harry aún le costaba entender bien cómo era estar allí, no quería arruinarlo, ni actuar extraño, era algo totalmente distinto y supuso que era muy normal sentirse así ¿verdad?

—Amor, despertaste—dijo Amelie rodeandolo en un abrazo.

La mujer llevaba un vestido largo de la época, no era abultado, más bien caía recto hasta sus tobillo en donde se podía ver unas sandalias de cuero sencillas.

Su cabello era castaño, del mismo tono que el de él, solo que por el contrario, el de Amelie era lacio y largo que llegaba hasta abajo de su cadera y hoy lo llevaba en una trenza sencilla y ajustada.

—La mesa está lista—dijo señalando la mesita de madera roja.

Harry se sentó, en donde su corazón le decía que era su lugar. Vió a su alrededor y había varios platos redondos de cerámica, se decidió por tomar el pan con mermelada y también puso algunas frutas en su propio plato para acompañar.

Se escuchó la puerta principal abrirse y unos pasos hasta que una silueta se vió por la entrada de la cocina.

—Nani!—Harry se puso de pie para correr a los brazos de la otra mujer.

Ella llevaba su cabello suelto, y este como el de Harry si tenía rizos pero la diferencia es que era rojo casi anaranjado.

La mujer recibió el abrazo y dejó en el suelo una canasta con algunas plantas dentro.

La familia tenía su propio huerto en el patio trasero y eso a Harry le parecía algo simplemente maravilloso.

Los tres desayunaron compartiendo algunas cosas entre si.

—Voy a cambiarme porque quiero ir con brusse a pasear—nadie dijo nada y el chico salió del lugar.

En su armario no es que hubiera mucha variedad de ropa, realmente eran las mismas camisas y pantalones, casi todo igual excepto por algunos trajes que eran solo para ocasiones importantes.

PARALELO  l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora