extra II

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julio.

"mallorca, España. 

cada puerto, cada vino, en cada persona busco algo, buco a alguien que no sabe que está en mi mente, que no recuerda que su amor fue mio. Como ese sentimiento de despertar y ver que sigues en donde caiste, que la taza de café sigue en aquella mesa y el desastre no se a ido, abres los ojos buscando esa sensación de aquel sueño en el que viaja el alma de aquel soñador empedernido, de saber que deseas tanto algo, pensando que es tuyo y que crees tener el poder de conseguirlo pero la vida simplemente no te lo quiere dar por que se niega a dejarte descansar y empiezas a correr de el, quieres huir a otro planeta a miles de años luz porque tu corazón te dice que mientras más lejos estas y mientras menos parece que lo quieres, mientras tu corazón suplica en silencio sin que nadie se de cuenta, incluso sin notarlo, tal vez es la unica forma en que aquellas leyes de la fisica funcionan y finalmente crees que lo atraes porque te obligas a pensar que no lo necesitas más, pero ni el sabio mas grande logra engañar su criterio y estando a miles de millas de el en donde ni los pensamientos te visitan, crees que tal vez asi y solo asi puede llegar a ti nuevamente. "

Del vaul de El Soñador para el mundo"


—¿Otro más?—preguntó Leila desde la puerta de la habitación de Louis.

—Lo siento cercano—respondió el chico dejando la hoja en su escritorio.

El verano había llegado a Londres y a la habitación del chico le sentaba muy bien, el vaso de limonada estilando gotas por sus bordes casi empapaban las hojas de la mesa, el desorden no había dejado de ser representativo en su habitación, pero ahora eran muchas hojas de la facultad. Leila estaba feliz de ver que su hermano parecía tener vida nuevamente, parecía ya todo un chico de 21 años, nadie hubiera creido que ese pequeño y deprimido Louis de 17 años ahora estuviera en su cuarto año de universidad y con honores para poder presentar un nuevo proyecto en la universidad de Combridge. 

Parecía realmente todo un universitario, el logo de la UCL resaltaba en toda la habitación, desde tazas, bolsos y papeles hasta su sudadera, la facultad de ciencias del deporte le sentaba muy bien, él se sentía bien.

—Vamos por un helado— dijo la Leila tirandose en la cama del chico.

—Solo si tu lavas los platos en la cena de hoy—negoció mientras se colocaba sus zapatos deportivos.

—Si es de dos sabores lo puedo pensar.

—Hecho— aceptó Louis mientras colocaba la hoja del poema que había leido junto con las otras.

algun tipo de pop iba sonando en la radio del auto mientras ambos disfrutaban del helado. Leila era de las chicas que parecía que si les hablabas de la importancia de la familia se reiría en tu cara, pero cuando se trataba de su hermano mayor probablemente mataría a alguien si fuera necesario, sabía que lo tenía de vuelta y poder disfrutrar esos paseos y rutinas nuevamente era algo que agradecía para dia.

—Voy a estacionar el auto, esperame allá— dijo el chico mientras la niña salía de auto con los helados.

Desde aquella tarde que Louis encontró por accidente ese lugar sabía que era algo distinto, que no solo era un lugar más, que sin duda alguna significaba algo, y asi lo era, solo fue cuestión de tiempo, el chico volvió todos los dias desde entonces, no fue hasta que una noche tuvo algún sueño extraño y luego dia a dia los recuerdos fueron llegando. 

PARALELO  l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora