☪⃟Un chico que nació bajo extrañas circunstancias, vive solitario en un bosque en donde hay hadas, sin embargo su vida está a punto de cambiar🌙
Créditos de los personajes utilizados a sus respectivos autores.
El viento era más fuerte de lo normal, las ramas crujían por la fuerza del mismo, una ventisca que asustaba incluso hasta al más intrépido, la nieve que parecía crear una cortina que evitaba ver más haya de las manos, una canción que se oía en medio de aquel bosque otoñal, alejado de todo estaba una pequeña cabaña en donde adentro de la misma estaban varias hadas, una niña y un joven de aspecto hermoso, uno que para entretener a sus espectadores cantaba una dulce melodía, quería evitar que se aburrieran estando ahí adentro, así que estaba cantando para ellos.
Arturia veía maravillada a aquel chico, quien que con su dulce voz dejaba embobados a todos, le sorprendía que tuviera conocimientos de muchas cosas, como hacer ropa, como cocinar, como hacer incluso una cabaña, era una caja de monerías, nunca dejaba de asombrarla, incluso sabía hacer postres con los pocos ingredientes que tenía a la mano.
Era como un ángel caído del cielo para ella y su salvador, alguien importante en su vida actualmente, se llevaban bien, incluso el a veces bromeaba con ella, bromas simples que la hacían enojar a veces, pero el ambiente siempre era ameno, ligero, agradable, era un hogar, lo que ella siempre anhelo.
Gracias a la pequeña chimenea que había ahí es que se mantenían calentitos todos en la misma cama, algunos curiosos miraban por la pequeña ventana que había observando la ventisca que había afuera, Oberon seguía cantando pero se estaba quedando sin canciones hasta que recordó la que escucho aquel día en el pueblo humano y decidió cantarla.
Arturia reconoció aquella canción, sonaba angelical siendo cantada por Oberon, las hadas estaban curiosas escuchando aquella melodía, pero cuando llegó a la parte en donde se describía al niño, se miraron unas a otras, les parecía mucha casualidad la descripción, de alguna manera al terminar de oír la canción - historia, relacionaron a su joven rey con la canción, ya que ellos recordaban como es que había llegado su rey al bosque.
Había aparecido de la nada en el bosque, dormido con un bello aspecto, con alas cristalinas, sin ropa, no abría los ojos y parecía soñar, tenía una leve sonrisa amable, su expresión parecía tranquila y dulce, fue una noche cuando la luz de la luna lo iluminó que el abrió los ojos por primera ves, sin embargo no se podía mover, las mariposas se acercaron a él y lo rodeaban, ese hecho era algo que no podían olvidar y que tenían muy presente en sus memorias.
Decidieron cambiar el tema, así que pidieron que mejor contará una historia, querían que él olvidara aquella canción, por alguna razón no les gustaba mucho. Oberon acepto contar una historia, tomó un libro que tenía y empezó a leerles una historia sobre una niña que se perdía en el bosque y vivía muchas aventuras, así estuvo un buen rato, pues la historia era larga, el libro fácilmente tenía 400 hojas, con tranquilidad y dulzura siguió con el relato.
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El sabía que el invierno sería largo y aburrido para las hadas, pasó su mano cerca de ellas provocando que cayeran en un sueño profundo, hizo lo mismo con Arturia, no quería que sintieran que el invierno sería largo y aburrido, así que pensó que como mejor opción era que durmieran hasta que la primavera llegara, mientras Arturia caía dormida el canto una canción.
Oberon- Duérmete mi niña, duérmete ya~ el sol se oculta en la inmensidad~🎶
Oberon - Las estrellas brillan en tu corazón ~ la luna sonríe a su pequeño sol~🎶
Oberon - Cuando abras los ojos, un nuevo día será ~ y verás el cielo brillar ~ 🎶🎶
Una ves noto que la pequeña se quedó dormida dejo de cantar, y se acostó al lado de ellos, uso la misma magia en él, para caer dormido y así despertar hasta que llegara la primavera, sentía que estaría a salvo sin importar que pasara haya a fuera, no sabía porque pero tenía esa seguridad.
Cayó dormido en aquel sueño profundo, mientras que haya a fuera la nieve lo cubría todo, donde el silencio se hizo presente pues a diferencia de otros días no había risas ni cantos, ni historias, pues las hadas yacían dormidas y con ellas su rey, que tenía en su rostro una expresión tranquila que transmitía paz.
