A la siguiente mañana, Max se encontraba somnoliento en su clase de matemáticas. Sentía el celular vibrar en su bolsillo, pero no quiso contestar por miedo a que su profesor, de apellido Godel (un viejo estricto y malhumorado) le expulsara de la clase. El celular vibró unas tres veces más y Max intentó sacarlo lo más disimulado posible para al menos saber quién le llamaba con tanta insistencia. Era Seren quien le llamaba. Quiso escribirle, pero en ese momento escuchó la voz ronca del profesor Godel desde la pizarra: «Señor Fallen...», Max miró asustado al profesor, quien le clavó los ojos más amenazantes que jamás había visto. Entendió el gesto y guardó el celular lo más rápido que pudo en su mochila. «Seren tendrá que esperar» pensó.
Llegó la hora del almuerzo y ahora era Seren quien no tomaba la llamada. Max se dirigió hacia la facultad de informática, donde se encontró con Jordan:
- ¿Eres Jordan, el amigo de Seren? – preguntó Max –
- Sí ¿Le pasó algo?
- No sé, me estuvo llamando toda la mañana ¿No estabas en clases con él?
- Seren durmió en nuestra fraternidad, – dijo Jordan despreocupado – salió en la mañana hacia Épsilon, pero teníamos clases de programación y nunca apareció. Debió haberse quedado dormido porque – continuó, rascando su cabeza – nos acostamos muy tarde.
- Bueno, gracias Jordan.
- Dile que me escriba cuando lo veas.
Y Max se marchó, ahora algo más tranquilo, para llegar a tiempo a sus clases de la tarde.
Cuando sus clases acabaron, fue a retirar algunos libros de la biblioteca, y volvió a la fraternidad a las cuatro y media. En el salón principal encontró a Dach, Adah, y Levi con el rostro decaído, con gran amargura y preocupación. Allí también estaba Abigail, encogida en un mueble con los ojos hinchados, como si hubiese estado llorando un largo rato. «¿Pasó algo?» Preguntó Max, más preocupado de lo que su rostro podía expresar.
Levi se puso de pie, se acercó calmadamente y le dijo con voz temblorosa: «Es Seren... ha sufrido un derrame cerebral esta mañana. Engelhart nos dijo que se encuentra en estado muy delicado en el hospital».
Max cayó desplomado en el sillón que tenía más cerca, dejó caer su cabeza en sus manos, apoyadas por los codos sobre sus rodillas, y después de un rato de amargo silencio gimió entre sollozos: «Me estuvo llamando toda la mañana... ¡Y yo lo ignoré!». Abigail se acercó a Max tocando su espalda para consolarlo: «No es tu culpa. No podías hacer nada». Max sentía una presión en el pecho, casi se odiaba así mismo, pero sabía que debía calmarse cuando sintió como un ligero temblor comenzaba a sacudir toda la habitación. Todos se miraron asustados, pensando que se trataba de un pequeño terremoto que no se detuvo hasta que Max salió de la fraternidad. Hubo un silencio intenso que fue interrumpido un momento después por un prolongado grito de rabia detrás de la puerta que acababa de cruzar. Abigail salió corriendo para intentar consolarlo una vez más.
Aquella era la segunda noche consecutiva que a Max se le dificultaba dormir. La noche anterior, por el incidente con el experimento del doctor Ivanov y, ahora, preocupado por su amigo Seren. Le agobiaba un sentimiento de culpa, pensando que si a su amigo le pasaba algo sería porque él no contestó en la mañana cuando le estaba llamando. Intentó ahogar esos pensamientos dando vueltas entre las sábanas. Pero aquello no le dejaba de parecer extraño. Recordó la noticia que leyó en el viejo periódico del tren en que llegó el primer día a la ciudad. Este sería el segundo derrame cerebral que un estudiante de Épsilon Psi sufría en cinco meses. Primero, Elena Auer, de quien el mismo Seren le había comentado, y la cual había muerto en abril; y Seren, que se convirtió en su mejor amigo desde que llegó a la fraternidad. Pensaba si aquello podría ser un riesgo al que estaban expuestos todos los que, como él, desarrollaban poderes psíquicos. ¿Tendrán algo que ver aquellas "ondas Psi" de las que le habló el doctor Ivanov? ¿Tendrá algo que ver la investigación de Ivanov? También recordó los poderes de Eisell y su capacidad de afectar el sistema nervioso, cosa que él mismo tuvo la desdicha de probar el día anterior. ¿Acaso Eisell era el responsable de lo que le pasó a Seren? Max se puso de pie, frente a la ventana, miró la cama vacía donde antes dormía su amigo Seren y luego dirigió su atención al laboratorio del Dr. Ivanov que se encontraba en el tercer piso del otro edificio de la fraternidad. A través de los ventanales vislumbró la silueta de Ivanov que se paseaba inquieta dentro de la habitación. Eran casi las 2 am. «¿Por qué sigue trabajando a esta hora?» pensó Max. Recordó las palabras que le había dicho Seren la noche anterior antes de dirigirse a la fraternidad de los estudiantes de informática: «Su investigación debe ser algo realmente importante para haberte dañado así»; decidió que al día siguiente no asistiría a ninguna de sus clases y en cambio iría a ver a su amigo al hospital, así que volvió a la cama con la esperanza de descansar para el largo día que le esperaba, cosa que no pudo hacer hasta aproximadamente las 4 am.
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Max Fallen y la fraternidad de Épsilon PSI
Fiksi RemajaUna mañana, Max Fallen recibe la visita de dos hombres intelectuales para ofertarle una beca. Aunque era una de muchas que había recibido, ésta era una oferta distinta e inusual: pasaría a formar parte de una fraternidad secreta a la que sólo accede...