Capítulo 14

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Victoria

El mejor amigo de Aless, Simón, acababa de regresar de un viaje y nos había invitado a un bar a tomar unos tragos. Al parecer, Alessandro le había comentado algo sobre nosotros y me había invitado también.

Mis ganas de salir eran las mismas de siempre: no existían, pero saber que Less estaría allí y que Sam me acompañaría lograba que tenga un poco de entusiasmo.

Si había alcohol y música a un volumen que te deje sordo, ahí estaba Sammy también. Ella y su novia si disfrutaban de salir, aunque Cata no nos podía acompañar hoy ya que debía estudiar para un importante examen de la universidad. Algunas veces envidiaba sus ganas y otras no las comprendía. Con lo cómodo que es quedarse en casa haciendo nada, sin necesidad de arreglarse y rodearse de muchas personas desconocidas. Con solo pensarlo me arrepentía de la decisión que había tomado.

—¿Qué tal me queda?

No salía desde hace años por lo que esa tarde Sam me había acompañado a comprar algo que pudiese usar. Las faldas y vestidos los había descartado al instante, aún no estaba lista para eso por lo que decidí usar un pantalón tiro alto color negro, un top blanco sin escote y unos zapatos no muy altos que combinaban con el pantalón.

Me sentía cómoda y segura en ese outfit así que esperaba no desentonar mucho con el lugar.

—Te ves increíble. Si no tuviera novia, esta noche intentaría conquistarte.

Nos reímos y agradecí infinitamente que me acompañara. Tanto ella como su tía son un gran apoyo desde que llegué a la ciudad, me permitieron entrar en su familia y me han acogido como parte de ella. Con el paso del tiempo, Talía se convirtió en la madre amorosa que no tuve y Sam en la hermana que siempre deseé tener. Ambas son muy importantes para mí y ya no me imagino una vida sin ellas.

Sammy me alisó el cabello y me negué rotundamente a maquillarme, sólo le permití que me aplicase un poco de brillo en los labios luego de mil súplicas de su parte.

—Sigo insistiendo en que el labial rojo te hubiese quedado genial.

—Eres una pesada.

Negué con la cabeza y sonreí ante su terquedad.



Después de media hora ya estábamos frente al bar. Ingresamos y a lo lejos divisé a Aless sentado en una de las mesas junto a algunas personas que desconocía y, como si sintiera mi presencia, sus ojos se conectaron con los míos al instante.

—Hola —me saludó cuando nos encontramos a medio camino y dejó un suave beso en una de mis mejillas, las cuales estoy segura se pusieron rojas al instante.

Devolví su saludo con un poco de vergüenza por la presencia de Sam y luego se la presenté.

Nos dirigió a la mesa en donde estaban los demás, pero antes de llegar se acercó a mí pasando un brazo por mi cintura y acercándome a su cuerpo me susurró al oído:

El Diario de Vicky © [DISPONIBLE EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora