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Victoria
Me desperté por los besos que Less repartía por mi rostro y cuello. Abrí mis ojos lentamente y quedé maravillada con su belleza. Así si me gustaba despertar, con sus mimos y la felicidad de saber que estaba allí, junto a mí.
—Feliz cumpleaños, amor —susurró en mi oído antes de besarme lenta y apasionadamente.
No recordaba que hoy era veintiuno de diciembre, mi cumpleaños. Nunca fue una fecha especial, solo era un día más en el que debía trabajar y aguantar las peleas de mis padres por la noche y luego pasó a ser un día en el que maldecía por haber venido a este mundo. Sin embargo, hoy es diferente porque soy feliz y estoy rodeada de personas increíbles, personas que amo y con las que deseo pasar el resto de mi vida.
Mi novio preparó un delicioso desayuno que trajo hasta la cama y entre risas, besos, abrazos y miles de planes y nuevos sueños para nuestro futuro, devoramos toda la comida.
Hoy es otro de esos días en los que debo fingir y mentir frente al hombre que amo con locura. Se supone que tengo sesión con la psiquiatra, pero ni siquiera he apartado una cita con ella. Hace meses que no lo hago. Odio regresar a la casa y tener que decirle que todo ha ido bien, que la psiquiatra opina que cada vez estoy mejor, cuando nada de eso es cierto.
Less quita de la cama la bandeja que hasta hace unos minutos contenía el desayuno. Sus manos comienzan a recorrer mi cuerpo lentamente dejando una huella de calor en cada parte que tocan de mi piel. Me concentro en sus besos que bajan por mi cuello hasta llegar a mi clavícula apartando de mi cabeza cada pensamiento que llega a querer arruinar el momento.
Entre besos húmedos y caricias ardientes nos quitamos cada prenda lanzándolas al suelo de la habitación. Un jadeo se escapa de mis labios cuando Less atrapa mi pezón derecho con su boca, lame mi piel sensible y chupa arrancándome un fuerte gemido. Tomo su rostro y lo acerco al mío para devorarlo como tanto me gusta. Nos separamos por falta de aire, nuestros labios están hinchados y rojos por la intensidad de nuestros besos. Acaricia mis mejillas mientras parece querer memorizar cada facción, cada gesto, como si deseara no olvidarme jamás.
—Te amo con toda mi alma —digo conectando nuestras miradas—. No lo olvides nunca.
—Te amo con locura y siempre será así.
Sellamos la promesa de nuestro amor eterno haciéndonos uno solo y, con cada palabra, caricia, roce y beso, dejamos una gran marca en el otro. Una marca permanente en el corazón de cada uno, una que es imposible borrar incluso con el tiempo. Nos amamos, y aunque pasen años, eso no cambiará jamás.
Antes de ir a la "sesión" quedé con Sam para ver lo que usaría para su boda. Faltaban meses, pero había visto un traje en el escaparate de una tienda esa misma mañana y según ella, ese era el indicado. Mi mente se había imaginado miles de posibilidades, desde un traje leopardo hasta el verde flúor que tanto decía querer. Nunca se sabía con qué idea loca iba a salir, pero sea cual sea ahí iba a estar yo para seguirla y apoyarla.
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El Diario de Vicky © [DISPONIBLE EN FÍSICO]
Literatura Feminina[COMPLETA] Vicky intenta dejar atrás todo aquello que le hizo daño y que hoy vuelve para atormentarla, pero... ¿será capaz de lograrlo? * Una vez que entras en ese mundo es muy difícil salir del todo, y mucho más complicado que los fantasmas del pas...