El Diario de Vicky © [DISPONIBLE EN FÍSICO]

Querido diario...

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No quería saberlo, no porque no esté entusiasmada, sino porque había estado leyendo mucho en internet últimamente sobre las experiencias de otras madres. Muchas de ellas hablaban sobre lo hermoso que había sido llegar al parto con ilusión y una gran emoción por conocer el sexo de su bebé, y quise experimentarlo también. Aunque me moría de ganas de saberlo, prefería esperar y llevarme una hermosa sorpresa cuando tuviese a mi bebé en brazos por primera vez.

Ayer comencé a decorar su habitación y no puedo evitar soltar alguna que otra lágrima cuando acomodo las pequeñas prendas en el armario o cuando observo la cuna en donde descansará cada día.

Con Less pintamos —o mejor dicho yo pinté y él observó— nubes por las paredes y muchas aves volando libres en cada una; y detrás de la puerta hicimos un espacio especial para ir marcando cuánto crecerá nuestro pequeño o pequeña cada año. Para algunas personas puede que sea absurdo, pero a mí me resulta maravilloso. Parece que falta una eternidad para que todo suceda, son los dos meses más infinitos de mi existencia.

Hay tanto guardado en mí de lo que deseo liberarme, al menos escribiendo, que no sé con qué continuar...

Sammy...

Se casarán en primavera, en cuatro meses para ser más exactos. Con los preparativos van super aceleradas y obviamente estoy para ayudarles con cada detalle siempre. Es a la primera boda que asistiré por lo que deseo que estos cuatro meses pasen volando también.

Estamos a una semana de navidad y también es la primera navidad que celebraré en toda mi vida, por lo que Aless se está encargando de que esa noche sea perfecta, igual que la de año nuevo. No ha querido decir nada sobre qué es lo que está preparando, pero ha dicho que tiene una gran sorpresa. Mi alma de niña salta ante la palabra y las ganas de descubrir qué es.

Y Aless...

Siento que debo liberar esto de algún modo y ya que no puedo hacerlo en voz alta lo confesaré aquí, en este cuaderno en el que soy libre de expresarme.

No he sido completamente honesta con Aless desde hace tres meses. Cada vez que me pregunta si todo está bien, invento excusas. Digo que estoy cansada o que solo es un simple dolor de cabeza lo que me tiene seria y perdida en mis pensamientos, pero nada de eso es cierto.

No me animo a decírselo porque temo que nuestra felicidad y libertad se acabe y todas las preocupaciones regresen. Sé que no está bien, pero quiero llevar una vida normal como hasta ahora.

Más mensajes llegaron en este último tiempo. Todos son dirigidos a mí y por alguna razón presiento que la persona detrás de esto sabe que no le he comentado nada a Less porque no se ha detenido desde hace meses y tampoco ha cambiado de número. Hay días en los que siento que el miedo me ahoga y consume queriendo llevarme a esos horribles y fuertes ataques de pánico y ansiedad que hace meses que no tengo, aunque sí he lidiado sola con pequeños ataques que no me dejan respirar, pero he logrado controlarlos a pesar de que ya no he ido a terapia porque no me siento cómoda ni puedo confiar en alguien más que no sea Carla. Y en eso también le he mentido... Él cree que sigo asistiendo a las sesiones cada semana, pero la verdad es que esa hora la paso dando vueltas en el centro comercial o voy a casa de Sammy y disfruto de la familiaridad y el cariño que Talía me da.

Less, amor...

No puedo decirte nada de esto a la cara, siento que si lo hago seré egoísta porque te arrebataré la felicidad, aunque sé que también es por mi felicidad, porque no la quiero perder después de todos los años que me ha costado alcanzarla. Lo siento tanto, no me gusta mentirte, pero ahora es necesario. Quizás, cuando nazca nuestro bebé, ya no tenga ni un solo ataque y nadie crea que necesito terapia y, quizás también, la persona que ha estado intentando arruinar nuestras vidas, nuestra tranquilidad, se canse de hacerlo y ya no reciba ni un solo mensaje más; cuando todo eso suceda prometo que no habrá mentiras. Ni una sola.

Cada vez que te miro a los ojos y te miento el pecho me arde, los oídos me zumban y la mente me grita que jamás te he merecido y que nunca lo haré. Soy cobarde, muy cobarde, y lo siento por eso también.

Te amo tanto Less. Nuestro bebé, Valen y tú lo son todo para mí y espero que cuando sepas cada mentira que te he dicho puedas perdonarme...

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Con amor, Juls❤