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No recuerdo el día exacto porque nunca estuve consciente de ellos. Si era de noche, de mañana, si era lunes o sábado... nunca lo supe.
Pero hubo un día en el que no tuve más opción que ceder. Quizás porque, siempre, una pequeña parte dentro de mí me decía que en algún momento saldría de ahí, o porque en realidad no tenía opción.
Una vez que te eligen, tú ya no puedes decidir sobre tu vida, tú ya no te perteneces. Esas personas son "dios", al menos, eso se creen, pero que lejos están de serlo.
Ellos deciden si usarás ropa y cuál, el maquillaje, cuando duermes, cuando comes, si vives o mueres. El suicidio estaba prohibido dentro de ese lugar porque no teníamos derecho a decidir sobre nuestra vida. La vida no era nuestra. Habitábamos un cuerpo, pero no teníamos ningún derecho sobre él. Era como vivir dentro de un cuerpo prestado.
El terror era sembrado cada día y las esperanzas caían con cada segundo que pasabas allí adentro.
Y, para sobrellevar toda esa mierda, nos hacíamos aliadas del alcohol y la droga; sustancias de las que tampoco teníamos derecho de abusar, pero que nos ayudaban a escapar de la realidad por un rato.
Estar encerrada allí era como vivir en el limbo, entre la vida y la muerte. No sabías cuando "dios" decidiría que ya no servías, que ya estabas muy usada, y mientras tanto, ese mismo "dios" determinaba que continuarías viviendo y generando ingresos para él.
Me había tocado ver morir a algunas amigas que me había hecho allí. Y ver sus torturas infinitas y agonizantes dolía más que cuando lo viví en carne propia.
Muchas noches, cuando cierro los ojos, puedo sentir las cadenas alrededor de mis muñecas, mis pies haciendo equilibrio sobre un diminuto e inestable banquito de madera, los latigazos en la espalda, los golpes en el abdomen, la picana pasando corriente desde mis piernas hasta el resto de mi cuerpo. La primer y única tortura que me había ganado cuando quise acabar con mi vida, porque, después de eso, ya no te quedan ganas de volver a intentarlo. Y si me hubiesen matado en ese momento se los hubiera agradecido, pero no, ellos eran "dios" y habían decidido que mi mayor castigo sería vivir por mucho tiempo más.
Hay sensaciones y recuerdos que son imposibles de olvidar, aunque los guardes en el lugar más profundo de tu memoria e intentes convencerte de que lo has superado y que solo son parte de un pasado que no volverá o que al menos eso esperas.
Hoy, cada vivencia que procuré enterrar, vuelve a mí. Regresan porque saben que pronto tendré que recordarlas y pronunciarlas en voz alta si quiero que mi relación con él sea sincera.
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Pronto la confesión de Vicky y la reacción de Aless 👀
Con amor, Juls❤
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El Diario de Vicky © [DISPONIBLE EN FÍSICO]
Chick-Lit[COMPLETA] Vicky intenta dejar atrás todo aquello que le hizo daño y que hoy vuelve para atormentarla, pero... ¿será capaz de lograrlo? * Una vez que entras en ese mundo es muy difícil salir del todo, y mucho más complicado que los fantasmas del pas...