Dark Apocrypha: Shuumatsu No Shinwa (Cancelado)

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Dios vs Bestia

La alabarda corta la piedra con feroces mandobles. Los escombros salen disparados hacia todos lados, veloces como balas, destruyendo a su paso secciones de viviendas y aplastando en el proceso a varios humanos. Una capa de negrura cubre el fondo de la caverna, y Baldur ensancha los ojos en una mueca de espanto al ver las franjas rojas de la bestia refulgir en aquella obscuridad.

Pasos titánicos retumban por la tierra y perforan los oídos del Dios Nórdico. La sombra del monstruo emerge de la cueva, pisando y aplastando los escombros que están en su camino. Baldur ve que su rival camina fuera del cráter cojeando; el demonio oscuro tiene el tobillo derecho torcido hacia atrás y el brazo izquierdo encorvado en un ángulo imposible. Esto alivia al dios, quien piensa que ahora la batalla se desenvolverá a su favor.

Qué equivocado está, por todos los dioses.

La bestia nocturna inclina su torso hacia atrás y despide un monstruoso alarido hacia los cielos. Su capa de humo se zarande salvajemente, y su cuerpo se retuerce con temblores. Baldur se lleva una mano a los labios y su rostro se desdobla en una mueca de pavor al escuchar los inclementes crujidos de huesos venir de su contrincante. El tobillo torcido se articula con un giro espeluznante, botando sangre por todos lados. Lo mismo sucede con su brazo.

<<Oh, padre, madre, Thor, Tyr, Vidar, Bragi, Hermond...>> Baldur traga saliva y se lleva una mano al collar con forma de runa. Su corazón bombea de forma intensa, esparciendo miedo por todos sus pensamientos. De repente se escucha un poderoso trueno en el firmamento, y los nubarrones despiden sobre el barrio una demencial lluvia de gotas negras. <<Denme la fuerza para matar a este innombrable ser. ¡A este Homo Insanus!>>

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ᴺᴼᵂ ᴾᴸᴬᵞᴵᴺᴳ : ASH CROW

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ᴠᴏʟᴜᴍᴇ : ▮▮▮▮▮▮▯▯▯▯

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Alrededor del monstruo de sombras se congrega un sinfín de espíritus malignos y de soldados israelíes poseídos, su piel pálida y sus ojos rojos como la bestia. De repente, las almas endemoniadas desenfundan instrumentos de vientos negros y tambores de carne humana. Todos entonan una melodía de histeria coordinada, y los poseídos comienzan a cantar un coro lleno de maldiciones a su líder:

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En el vacío
La bestia roe y grita :

"¡Dioses, Dioses! Ustedes me maldijeron."

La lluvia cae sin césar
¡Allí donde están las cenizas del árbol!

"¡Dioses, Dioses! Ustedes me abominaron."

¿Puedes escucharme?
¿Puedes alabarme?
¿Por qué lo haces? ¡Si yo no soy un ángel!