Dark Apocrypha: Shuumatsu No Shinwa (Cancelado)

𝕍𝕚𝕥𝕒 𝕞𝕠𝕣𝕤 𝕓𝕚𝕟𝕠𝕞𝕚𝕒𝕝𝕚𝕤

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Binomio Vida-Muerte

Negro. Todo es negro. Lo único que veo es un mundo negro; no puedo distinguir el arriba del abajo, ni de la izquierda de la derecha. Aún así siento que caigo en un interminable vacío de direcciones inteligibles. No puedo emplear mi fuerza a para agarrarme de algo, para sostenerme de alguien. Ya no existe nada en este mundo... O más bien yo, Pruor, hija de Thor... ya no existo en el mundo de los hombres... ni en ningún otro mundo.

No hay nada que pueda oler, nada que pueda ver, nada que pueda oír, nada que pueda hacer tacto... Nada a lo que pueda sentirme a salvo. Lo que antes pensaba que jamás pasaría en el mundo de los hombres acaba de suceder, y mi incredulidad es inigualable. Un miedo irreversible corroe mi alma en pena, y siento como, en vez de dirigirme de regreso al Valhalla... soy arrastrada hacia los abismos de los peores infiernos. Estoy entre los cielos y el infierno, caminando eternamente por el limbo.   

¿Es mi culpa? ¿Acaso me dejé llevar por el orgullo de la fuerza, como Freyja me advirtió que no hiciera? Pensé que llevábamos la delantera contra el Homo Insanus, pensé que yo sola podría matarlo y así vengar la muerte de Baldur. Pero... la realidad me aplastó sin merced alguna, como el Mjolnir aplasta infaliblemente a sus enemigos. Fui asesinada tan rápida ante los ojos de los dioses por culpa de mi propia arrogancia... 

Pero al menos pude salvar a mis hermanos e intercambiar unos pequeños momentos con Mercurio. Eso es bueno, ¿verdad...?

¿Verdad?

No. Así no quería acabar mi vida. Así no es como Thor o Freyja quería que yo acabara; derrotada en un santiamén por el enemigo. Pero, ¿acaso mi vida sólo se basa en la fuerza bruta y en las luchas interminables? No, yo aún tenía mucho por vivir. Aún era joven, y quería probar cosas nuevas que no había hecho antes. Quería visitar aún más Midgar, quería visitar los palacios de Frey, quería pasar más tiempo con mi padre, yo...

Quería sentirme amada una vez más, como mi padre amo a mi madre, como un hombre ama a una mujer y la desea en cuerpo y alma. Sí, eso era lo que más añoraba; quería sentir de nuevo ese tacto tan cálido que perdí después de Alvíss y Raiden Tameemon. Siento que me hace falta ese amor.

Freyja y Brunilda me trataban como una súper soldado que no debe tener compasión. El resto de personas, incluso los propios asgardianos, me veían como un monstruo de músculos atrofiados, algo menos que una mujer. Menos que humana, menos que diosa. Solo Geir, Abdiel y Rafael me daban su calor y su refugio.