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Apoyada en la misma ventana donde su amigo había realizado todo un espectáculo, Isabella observaba de reojo como todos esos desconocidos la miraban mientras susurraban entre ellos, fallando al momento de intentar que no los escuche.

Todos los residentes de Geumga Plaza ahí presentes observaban a la desconocida dueña del edificio, con miles de preguntas en sus cabezas. Aunque cualquiera podría fácilmente adivinar cuál era la más frecuente: ¿Por qué estaba ahí y qué quería?

━¿Creen que esté de nuestro lado?

━Supongo, sino no habría defendido a la hija del señor Hong, ¿No?

━¿Y si lo hizo para no levantar sospechas?

La castaña estaba segura de que ya había maldecido de mil maneras diferentes a Vincenzo por haberla dejado sola con esa manada de chismosos. Iba a hacerse la tonta e irse, considerando eso como la mejor alternativa para no mandarlos al carajo. Pero entonces, justo cuando iba a moverse, escuchó lo que parecía ser un sonido de exclamación.

━¡No puede ser! Ya recordé de dónde se me hacía conocido el nombre.━ ante lo dicho, Isabella recordó quién era y se maldijo mentalmente.━ Ella es la hija de Adriano Riina.

━¿La chica que está en una de esas revistas que compras?

Ahora todas las miradas que estaban clavadas en su persona eran de sorpresa. Después de todo, tenían a una "celebridad" frente a ellos y estuvieron hablando mal de ella durante todo ese tiempo. Sin más remedio, y sin ganas también, dio la vuelta para quedar justo cara a cara con esas personas. Les dedicó una sonrisa algo incómoda antes de hablar.

━Es un gusto conocerlos~.━ saludó, queriendo reír al ver al grupo retroceder cuando los miró.━ Isabella Riina, aunque eso ya lo saben.━ hizo una reverencia.━ Supongo que son los residentes del edificio, ¿No?

Ante la pregunta bastante estúpida para el gusto de Isabella━pero que se vio obligada a hacer━, todos asintieron a la vez, esperando que siguiera hablando. Pero ella no movió ni un dedo, por lo que cayeron en un silencio incómodo.

Por su parte, Isabella se perdió en su mundo cuando los vio asentir, analizandolos de pies a cabeza, buscando puntos débiles y fuertes en su físico y todo lo que necesitara para no considerarlos una amenaza, aunque dudaba que personas como ellos lo fueran.

Sin saber qué más hacer, una mujer dio un paso al frente, sacándola de su burbuja. Se paró justo en frente suyo con una sonrisa algo incómoda para decir:

━Soy Jang Yeon-In, es un gusto.━ se presentó.

Y así, cada una de las personas que estaban ahí se fueron presentando, una a una. La italiana no podía estar más irritada, ya que realmente ninguno de ellos le llamaba la atención, así que no quería entablar ninguna conversación con nadie. Y sin embargo ahí se quedó, escuchando las presentaciones y guardando todo su malestar, porque si algo sabía era que debía ser educada con todos.

Sonrió aliviada cuando la última persona terminó, prosiguiendo con las palabras que inicialmente diría.

━Tengo que pedirles algo.━ comenzó, llamando su atención.━ Sé que tal vez sea un poco....━ la puerta del despacho fue abierta, e Isabella podría jurar que estaba a dos segundos de matar a alguien.

Cerrando los ojos en señal de cansancio dio media vuelta observando a Vincenzo salir de ahí enojado, chasqueó la lengua y volvió a girar para seguir hablando, pero ya no había nadie ahí. Sí, definitivamente no era un buen día.

Por el rabillo del ojo lo observó colocarse a su lado con una mano dentro de su bolsillo y la otra sosteniendo su maletín. Le dieron ganas de golpearlo al ver como su enojo disminuía y la observaba relajado.

━Me sorprende que me hayas esperado.━ le dijo, a lo que soltó una carcajada sin gracia.

━Me sorprende que pienses que sigo aquí por tí, imbécil.

Sin esperar más, comenzó a caminar para salir de ahí lo más rápido posible, mientras más veía ese estúpido pasillo vacío, más se enojaba al saber que los residentes la dejaron con las palabras en la boca. Vincenzo la siguió sonriendo levemente, al menos le había hablado.

×

Le había dado hambre.

Así que ahí estaba, arrastrando a un Italiano con cara de amargado a una cafetería y obligándolo a sentarse con ella. Porque sí, esa era su venganza.

━Entonces.━ comenzó a hablar mientras esperaba que su orden llegara.━ ¿No piensas decirme por qué no me llamaste?━ preguntó, sin obtener mayor respuesta más que la maravillosa vista del perfil de Vincenzo.

Quiso reír, claro que no se lo diría, después de todo admitir algo como eso sería acabar con su orgullo. Ni siquiera sabía porqué le había creído lo que le había dicho la noche anterior.

━Bien, así que...━ cambió de tema.━ Esos tipos, los de Babel, compraron el edificio ilegalmente.━ llamó la atención de su acompañante, quien la observó nuevamente.━ Dime, Vinnie, ¿Cómo pasó eso? Te dejé solo durante cinco minutos.━ se apoyó en la mesa, esperando una respuesta.

Él suspiró antes de acomodarse mejor en su lugar y abrir la boca esta vez sí contestarle.

━Amenazaron al Señor Cho para que firmara el contrato, ahora está en el hospital.━ resumió.

━¿Qué?━ parpadeó desconcertada.━ Entonces, ¿Me estas diciendo que mientras nosotros estamos aquí de lo más tranquilos, el pobre hombre está tirado en una incómoda cama de hospital?━ lo vio asentir ante su pregunta y soltó una risita frustrada.━ Genial.

Un camarero llegó a su mesa con sus órdenes, un café para Vincenzo y una rodaja de pastel y otro café para ella. No esperó ni dos segundos luego de agradecer para comenzar a comer, mientras que él se dedicó a observarla de vez en cuando. Siempre le había gustado ver como sus ojos brillaban cuando hacía algo que le gustara mucho.

Hasta que recordó lo que quería preguntarle:━ Tengo una duda.━ le habló, para que le prestara atención.━ Me dijiste muchas veces que no te gustaba Corea, ¿Por qué de repente el interés en venir? Estoy seguro de que sólo usaste eso como excusa.

Isabella sonrió y se llevó a la boca el último trozo de pastel que le quedaba. Mientras lo saboreaba, pensó en las millones de respuestas que le podría decir, pero terminó quedándose con la peor.

━A veces me molesta que me conozcas tan bien.━ murmuró, mientras tomaba la taza de él y le daba un trago a su café.━ Me molestó que ni siquiera me llamaras para avisarme que había llegado el momento, pero si hubiese sido sólo por eso no habría venido, confío mucho en tí después de todo.━ siguió, sintiendo como la taza que tenía en manos se le era arrebatada.━ Tengo otros asuntos que resolver aquí. Y no, no te voy a contar de eso, así que no preguntes.

━Te sacaré la información de algún modo.━ se encogió de hombros.

━Quiero verte intentarlo.━ le sonrió, formando una sonrisa de verdad. 

𝐈𝐒𝐀𝐁𝐄𝐋𝐋𝐀 ; vincenzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora