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Isabella caminaba tranquilamente por las calles de Corea, mientras comía unas medialunas y sostenía un café de Cookies and Cream con su mano libre, ya que como habrán notado, su almuerzo de ese día la había dejado con hambre.

Tal como le había dicho a Vincenzo, condujo rápidamente hacia su casa y se había cambiado, por lo que ahora tenía puesto un bonito conjunto que se basaba en unos pantalones blancos, una blusa negra pegada al cuerpo con unos zapatos del mismo color y un saco también negro pero con delgadas rayas blancas. Además, su cabello se encontraba perfectamente peinado, y los delicados accesorios le daban ese toque de elegancia que tanto le gustaba. Aunque la venda que tenía en su mano quitaba todo eso por completo.

Había dejado su bolso en el auto porque no le entraba todo en las manos, por lo que solo contaba con su celular, su billetera y las llaves. Probablemente se arrepentiría luego, pero no era momento de pensar en eso.

Justo cuando terminó el último sorbo de café que le quedaba, llegó a su destino.

━¿Estamos esperando a la señorita Isabella?━ escuchó la voz del señor Hong, y luego Vincenzo le contestó, afirmando su pregunta.

━Pues ya no tienen que esperar más, Bella ya está aquí.━ les sonrió, tirando el vaso donde anteriormente tenía su bebida.

Ellos le devolvieron la sonrisa, y mientras Vincenzo observaba su atuendo olvidando inmediatamente que debía regañarla por llegar muy tarde, el hombre de mayor edad la saludaba como era correspondiente, pues era la primera vez que la veía en el día.

Ese señor empezaba a caerle bien a Bella.

Luego de todos los saludos y demás, se propusieron a realizar lo que realmente fueron a hacer a ese lugar. Así que sin más preámbulos, ingresaron al edificio de Babel I&C.

━Bien~, vamos por Na Deok-Jin.━ murmuró mientras avanzaba y observaba descaradamente la infraestructura del lugar.

Entonces, el señor Hong apresuró el paso para murmurarle algo a Vincenzo, algo que ella pudo escuchar sin problemas, después de todo estaba a su lado.

━No los recibirán sin una cita previa.━ le dijo.

━Preguntemos.━ le contestó.

━No se preocupe señor.━ le volvió a sonreír.━ No vinimos a hacer el ridículo.

Él la observó confundido, mas sin embargo ya no dijo nada más y siguió avanzando hasta llegar al escritorio de la recepcionista.

━¿En qué puedo ayudarlo?━ le preguntó la amable mujer a Vincenzo, quien fue el que se colocó de frente a ella.

Durante su corta charla, Bella se dedicó a observar el cuadro detrás de la mujer, después de todo ya estaba acostumbrada a todo eso de la extorsión y sabía perfectamente cómo funcionaba.

𝐈𝐒𝐀𝐁𝐄𝐋𝐋𝐀 ; vincenzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora