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Dar un paso fuera del hospital se sintió parecido a ser bendecida por los mismos ángeles. No tener que soportar a más médicos haciéndole revisiones así como también librarse de la faceta protectora de su hermano significó un peso menos sobre ella, algo insignificante pero sofocante a la vez.

Sin embargo, para desgracia de Bella, los problemas no terminaron ahí. Así que teniendo que soportar a los inquilinos de su edificio estando más insoportables que nunca y a Dante comenzando a hablar de Miri y lo bien que daba sus clases vivió sus primeros días fuera de aquel lugar al cual en esos momentos quería volver.

Y cuando tuvo el primer momento de tranquilidad no dudó en aprovecharlo, por lo que sentada en el sofá de su sala y con una copa de vino en las manos se disponía a escuchar distraídamente las voces que salían de la radio. Dante ya se encontraba durmiendo a esa hora, así que no tenía nada de lo cual preocuparse.

Hasta que su celular sonó. Y como una estúpida lo tomó.

Escuché que tuviste un accidente, espero que estés bien.

Por cierto, ¿Es cierto que el abogado ese se murió? Es una lástima, te llevabas bien con él.

Apretó el aparato en sus manos antes de soltarlo con fuerza haciendo que se estrellara contra el suelo. Lo había olvidado por completo durante su tiempo en el hospital, la razón por la cual estaba ahí. Se había distraído de su objetivo principal y le había dado ventaja, pero eso acababa ahí.

Isabella había despertado de su ensoñación, más enfurecida que nunca.

Entonces, la radio pareció querer jugar en su contra también, pues comenzaron a relatar por milésima vez lo sucedido aquella noche. Ensuciando el nombre del señor Hong como si no hubiera un mañana.

Y ya no lo soportó, toda su furia corrió por su ser sin detenerse ni un segundo, haciendo que repentinamente tomara la botella que seguía llena hasta la mitad.

━¡Ya cállate!━ le gritó al aparato, antes de lanzar la botella hacia la pared, provocando que se rompa en mil pedazos y que la impecable pintura blanca se manchara de violeta.

Ella no estaba ahí para hacer amigos, ni para armar fiestas, ni para hacer ninguna de las cosas que había estado haciendo hasta ese entonces. Estaba ahí para hacer correr sangre.

Y si de algo podía estar segura, era que se las haría pagar. Cada una de las ocasiones en las que se había burlado de ella, se las regresaría mil veces peor. Han Ah-Sung se arrepentiría de jugar con el diablo.

×

Si... se suponía que no debía estar ahí. Bueno, al menos solo su cuerpo estaba ahí.

𝐈𝐒𝐀𝐁𝐄𝐋𝐋𝐀 ; vincenzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora