𝐈𝐒𝐀𝐁𝐄𝐋𝐋𝐀 ; vincenzo

━ 0.08

Al otro día, Vincenzo despertó sintiendo un peso encima suyo. Abrió los ojos, notando que ya había amanecido, y notando también a una Isabella profundamente dormida con su cuerpo completamente sobre el suyo. Suspiró y sonrió levemente, le apartó el cabello de la cara, permitiéndose ver el calmado rostro de ella, todo lo contrario a lo que notó la noche anterior. 

Se concentró tanto en admirarla mientras le acariciaba el cabello que ni siquiera se percató de que las pesadillas no lo habían atormentado esa noche. 

Desafortunadamente para él, el momento de levantarse llegó, por lo que apartó lentamente a la mujer, la cual se removió unos instantes en la cama al ya no verse acompañada y tomó la almohada para abrazarla y volver a dormir tranquila. 

El italiano sonrió al verla, hacía mucho que no apreciaba esa faceta de Isabella, desde que se distanciaron un poco debido a sus trabajos. Recordando momentos de ambos cuando eran jóvenes, se adentró en el baño dispuesto a darse un baño. Por lo que dejó la ropa doblada junto con la toalla y se metió en la ducha. 

Una vez estuvo listo, antes de salir del baño, sacó la falda de Isabella del cesto de la ropa sucia, porque quería al menos arreglar eso para que ya no se sintiera tan mal. 

Así que con una bolsa en manos y su maletín, salió de su departamento momentáneamente dejando a una Isabella totalmente dormida en su cama. 

Cuando ella despertó, totalmente confundida por no estar en su cama, la mañana ya había avanzado notablemente. Aún con sueño, se incorporó en el colchón y recorrió la habitación con la mirada. Si bien le costó ubicarse, estuvo tranquila en todo momento, ya que por alguna razón, ese lugar le generaba seguridad. 

Una vez su cabeza volvió a la tierra y recordó todo lo sucedido la noche anterior, se tiró de nuevo en el colchón, se estiró cual gato y bostezó para levantarse de una vez, viendo como tenía puesto un pijama azul marino que Vincenzo le había dado la noche anterior, que por cierto, le quedaba tan grande que sus manos se escondían entre las mangas y sus pies arrastraban el pantalón.

Salió de la habitación mientras se restregaba un ojo para que este no se cerrara solo, encontrándose con el italiano sentado en el sofá tomando un café y pegando un papel a un sobre de cartón. Apenas cerro la puerta, la mirada del hombre se dirigió a su persona. Y le sonrió. 

━¿Dormiste bien?━ le preguntó, a lo que ella asintió, y luego le sonrió también. 

━No he dormido tan cómoda en años.━ le comentó.━ Tienes que decirme la marca del colchón. 

Vincenzo rió levemente, pues sabía que ella no había dormido sobre el colchón. Así que solamente asintió. 

Bella se encaminó hacia él, sentándose a su lado y tomando su taza para darle un sorbo al café. Para sorpresa de ella, él no se la quitó de las manos.